Intriga británica
Crítica de televisión ·
La serie narra la desesperada lucha de un padre nada ejemplar, en el Nueva York de los 80, por encontrar a su hijo
¿Qué es lo que provoca que uno se decida por una determinada serie entre la inmensa maraña de títulos disponibles en las múltiples plataformas? ... Desde luego no la información facilitada por estas, siempre muy escasa y muchas veces equivocada. Puede que sea el boca-oreja, como en las películas en salas de cine, o que te sugiera un tema interesante. También puede ser la nacionalidad, el género, el director o creador, los intérpretes, que son datos que las plataformas se empeñan en ocultar en las diferentes fichas que te muestran en la pantalla.
En el caso de 'Eric', en Netflix, a priori lo que me motivó es que se presentaba como una intriga británica y que estaba protagonizada por Benedict Cumberbatch, actor siempre interesante. Son solo seis episodios, lo que se agradece mucho, y la intriga trata sobre la desaparición de un niño fugado de casa. Reconozco que el inicio propicia el abandono. Cumberbatch interactúa con muñecos, sí como en los Teleñecos. Sin embargo pronto nos enteramos que el personaje es un creador televisivo de muñecos. Y que su hijo ha desaparecido en circunstancias extrañas.
La serie narra la desesperada lucha de un padre nada ejemplar, en el Nueva York de los 80, por encontrar a su hijo, a base de mezclar géneros; intriga, drama familiar, denuncia social. sin decantarse por ninguno. No es una serie que hará historia, de hecho muchas escenas son francamente mejorables, sobre todo ese descenso a los infiernos del alcohol de Cumberbatch, que dialoga con un teleñeco gigante, salvándose del desastre Mckinley Belcher III, como el policía encargado del caso. ¿Y el Eric del título? Pues es un muñeco creado por el niño desaparecido. Su padre piensa que si logra que Eric salga por la tele, su hijo reaparecerá. No cabe esperar más.
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