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Hay películas que llegan a la cartelera aupadas por un 'hype' que puede durar varias semanas previas al estreno. Otras se estrenan de tapadillo, con el lastre de las malas críticas recibidas en Estados Unidos y con la sensación de que la campaña de promoción se ha hecho con el piloto automático puesto. 'X-Men: Fénix Oscura' pertenece a este último grupo.
El final de la saga que hace casi veinte años fue uno de los detonantes de la moda de adaptaciones del cómic a la gran pantalla llega cuando nuestra retina está saturada de superhéroes. Tras el éxito de 'Wonder Woman' y 'Capitana Marvel' nada volverá a ser igual en un universo que hasta ahora rebosaba testosterona, de ahí que en esta entrega, cuyo estreno se ha retrasado varias veces (estaba previsto para noviembre de 2018), haya habido que hacer cambios sobre la marcha para que las mujeres tomen el poder.
'X-Men: Fénix oscura' es asimismo una de las últimas producciones de Fox antes de ser absorbida por Disney, que desde ahora tiene los derechos sobre los personajes de los mutantes, a los que sin duda someterá a un 'restyling' para seguir haciendo caja con el Universo Cinematográfico Marvel. Las pésimas críticas americanas no impedirán, sin embargo, que el filme reine en la taquilla diecinueve años después del primer 'X-Men', que a punto estuvo de dirigir James Cameron y que acabó en manos de Bryan Singer.
El duodécimo título de la saga si contamos los spin-offs viene firmado por Simon Kinberg, que hace trece años vio cómo Brett Ratner destrozó su guion para 'X-Men: La decisión final'. A falta de una Capitana Marvel, la estrella de la función es Jean Grey/Fénix, la mutante de clase 5 que posee poderes telepáticos y telequinéticos potencialmente ilimitados. A sus 54 años, Famke Janssen, que la dio vida en los primeros episodios, debe ser demasiado mayor para volver a encarnar el personaje a ojos de los productores. La elegida para reemplazarla en 'X-Men: Apocalipsis' fue Sophie Turner, a la que el estreno de la nueva aventura le coincide con el final de la serie que ha hecho de ella una estrella global: 'Juego de tronos'.
Así, la Sansa Stark de los Siete Reinos sufre en 'X-Men: Fénix oscura' una transformación de mutante a la fuerza más poderosa del universo. Durante una misión de rescate en el espacio, Jean Grey casi muere al ser alcanzada por un poder cósmico que supera con creces lo conocido por los mutantes. De regreso a casa, tendrá que hacer frente a estas habilidades semidivinas, aunque la fuerza que habita en su interior es tan poderosa que apenas puede contenerla. Sumida en una espiral fuera de control, Fénix hará daño a aquellos a los que más ama y dividirá a los desconcertados 'X-Men'.
«La saga de Fénix oscura es una de las series más queridas de X-Men en su larga trayectoria, principalmente porque no es una historia de héroes y villanos, donde todo es blanco o negro», defiende Simon Kinberg. «El material original no tiene nada que ver con los demás cómics en los que nos hemos basado antes. Psicológicamente es más compleja, y en el plano emocional, más inestable. Las emociones que explora son más crudas que en muchos de los cómics de X-Men».
La acción transcurre en 1992. El profesor Charles Xavier envía a su grupo más fiel a rescatar a unos astronautas perdidos en el espacio. Mística, Tormenta, Bestia, Cíclope, Mercurio y Rondador Nocturno salen ilesos, pero Jean Grey es víctima de la Fuerza Fénix cuando intenta salvar al último de los hombres. «Deberían llamarnos X-Women, las mujeres somos las que más nos jugamos ahí fuera», le espeta Mística al Profesor X a su vuelta en una proclama feminista que debería provocar aplausos en las salas.
Al lado de Sophie Turner, Jennifer Lawrence repite como Raven/Mística mientras Jessica Chastain se suma a la saga en el papel de Smith, una alienígena con forma humana que anhela las capacidades de Jean Grey. Como el tráiler revela –atención, spoiler–, Mística muere a manos de una desatada Jean Grey. «Hemos llegado a un punto en el que el público está preparado para algo disruptivo, una historia radical donde el bueno se vuelve malo y donde un héroe pierde el control hasta el extremo de ser destructivo, incluso homicida. Eso te confunde, no sabes a quién sigues», argumenta el director.
La gravedad de la trama, el forzado mensaje de reivindicación de una mujer infravalorada que revienta de rabia con un fabuloso poder y la solemnidad del conjunto remarcada por la banda sonora de Hans Zimmer no han convencido a la crítica. Los diálogos explicativos, la falta de brío del conjunto y la disparidad de las interpretaciones, con actores como James McAvoy y Michael Fassbender con cara de cobrar el cheque y largarse, contribuyen al desastre. «Un aburrido festival de efectos especiales» o «la más vergonzosa de la franquicia» son algunas de la reseñas recibidas por la última cinta basada en los cómics de Stan Lee y Jack Kirby, que deberán esperár una nueva oportunidad de la mano de la casa de Mickey Mouse.
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