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Renée Zellweger, caracterizada como Judy Garland en 'Judy'. Afp
Renée Zellweger: «Me quemé y me olvidé de vivir»

Renée Zellweger: «Me quemé y me olvidé de vivir»

A sus 50 años, la estrella de Bridget Jones regresa metiéndose en la piel de una castigada Judy Garland y consigue su cuarta nominación al Oscar

María Estévez

Los Ángeles

Miércoles, 29 de enero 2020

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Renée Zellweger (Katy, Texas, 1969) bucea en corrientes turbulentas para retratar a Judy Garland. Protagonista y productora de 'Judy', la actriz da vida a Garland cuando la estrella estaba arruinada y hacía malabares para superar sus problemas domésticos. Nominada al Oscar por este trabajo, la cinta llega este fin de semana a la cartelera.

-La ovación que recibió en el festival de Toronto por su interpretación en 'Judy' le hizo llorar.

-Fue muy emocionante vivirlo. Mi intención con esta película era celebrar la vida de Judy Garland, una mujer a la que admiro mucho porque ha sido una de las grandes vocalistas de la historia. Comprender su vida, cómo superó los problemas y las dificultades de trabajar en Hollywood en ese momento, me ayudó a poner su figura en perspectiva. Su imagen se transformó ante mis ojos una vez que leí el guión.

-Es imposible volver a ver 'El mago de Oz' con los mismos ojos.

-Estoy de acuerdo. Siempre ha sido una de mis películas favoritas. Sin embargo, cuando descubrí lo que sufrió al filmarla, algo se rompió. David Livingstone me envió el guión y me cautivó. Estaba muy interesado en la vida de Judy en su última etapa, cuando había perdido todo. Una vez que me decidí, contraté a un profesor de canto para entrenar mi voz e identificar los parámetros de Judy. Su estilo es muy particular; la forma en que camina, su lenguaje corporal... Ha sido un proceso de investigación muy difícil, pero estoy muy orgullosa del resultado.

-¿Con qué debería quedarse el público?

-Hay que entender la gratitud de Judy. Ella compartió su experiencia para celebrar la música. Su legado significa mucho para mucha gente. Creo que sus admiradores quieren seguir disfrutando y compartiendo lo que ella representa para ellos, incluso 50 años después de su muerte.

-¿Tuvo claro desde el principio cómo iba a interpretar a Judy?

-No. De hecho, me negué a comprometerme con el personaje cuando me lo ofrecieron porque no me parecía posible que yo pudiera hacerlo. Una vez investigué sobre ella, empecé a darle forma y me vi capacitada para interpretarla. Estamos hablando de un icono cultural. Tuve que meterme en una corriente turbulenta y bucear por YouTube durante horas y días para entender el personaje, para intentar representarla con integridad. Ese ha sido mi mayor logro, la entrega que he puesto en el personaje.

-Los productores no la dejaron comer durante el rodaje. ¿Ha cambiado Hollywood?

-Tengo mis propios pensamientos sobre la belleza y cómo se representa. No estoy de acuerdo con la idea de que sigamos siendo los mismos, creo que algo ha cambiado. Hemos creado una idea errónea de lo que realmente nos parece atractivo, pero una mujer que vive apasionadamente y es feliz es hermosa. La cualidad más atractiva en una mujer o un hombre es la alegría. Pregúntale a cualquiera. No se trata del tamaño de tu vestido, sino del tamaño de tu sonrisa.

-Está nominada al Oscar. ¿Piensa mucho en los premios?

-No. Intento vivir plenamente. Cuando trabajo me entrego por completo, mi recompensa es el llanto del público al ver la película. Contagiar al espectador la emoción de Judy Garland es mi premio.

-¿Cómo es su relación con las redes sociales?

-No me gustan. No me motivan. Existen innumerables fuentes de información que considero muy cuestionables. Aprecio su valor como herramientas políticas, pero también sirven para crear estereotipos negativos, para atacar y especular.

-Regresa a la pantalla grande tras unos años alejada de los focos.

-Necesitaba algo de tiempo para dedicárselo a mis amigos, a mi familia y a mí misma. Durante este tiempo, he estado estudiando, dedicándome a cultivar otros aspectos del proceso de filmación que no necesariamente implican estar frente a la cámara. Creo que me quemé, fue una década de trabajo incansable, de rodaje a rodaje, y me olvidé de vivir. Puede sonar cursi, pero es exactamente lo que me pasó. De todas formas, ya tenía hambre de actuar. Este personaje ha sido una verdadera bendición porque tenía ganas de volver.

-¿Le incomoda la fama?

-Es parte de mi trabajo, sin embargo es lo peor de ser actor. Hay muchas maneras de enfrentar esta profesión, soy de la opinión de que tienes que mantener el misterio y no diseccionar tu vida ante la opinión pública. No comparto mi vida en las redes sociales ni estoy interesada en hablar de otra cosa que no sean mis películas.

Renée Zellweger en 'Judy'.

Una estrella al final del arco iris

OSKAR BELATEGUI

El guion de 'Judy' se basa en 'Al final del arco iris', una obra de Peter Quelter que presenta a Judy Garland en 1968, meses antes de morir de una sobredosis accidental de barbitúricos. La actriz y cantante tiene 46 años, está arruinada, es adicta al alcohol y las pastillas y pelea por la custodia de sus hijos. Sus cinco semanas de conciertos en un club de Londres significaron el definitivo descenso a los infiernos de la estrella de 'El mago de Oz', un icono de la comunidad gay que Zellweger interpreta con la mirada puesta en el Oscar.

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