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El actor, director y escritor Terry Jones fotografiado en 1995.
Muere Terry Jones, el Monty Python que puso órden en el caos

Muere Terry Jones, el Monty Python que puso orden en el caos

El director de películas del grupo británico como 'La vida de Brian' y 'El sentido de la vida' fallece a los 77 años tras serle diagnosticada una rara forma de demencia en 2016

Miércoles, 22 de enero 2020

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Los Monty Python cambiaron para siempre el concepto del humor inglés: inteligencia y dadaísmo a partes iguales. John Cleese, Michael Palin, Terry Jones, Terry Gilliam, Eric Idle y Graham Chapman cimentaron a lo largo de las cuatro temporadas y 54 capítulos de su programa en la BBC, 'Monty Python's Flying Circus', un imaginario del absurdo del que beben todos los cómicos británicos que han venido después. Gilliam era el único miembro americano del grupo, el resto se conocieron mientras estudiaban en Oxford y Cambridge.

Terry Jones, el segundo componente que fallece tras la muerte de Graham Chapman en 1989 a causa del cáncer, fue el encargado de dirigir tres de los largometrajes icónicos del grupo: 'Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores' (1975), 'La vida de Brian' (1979) y 'El sentido de la vida' (1983). En 2016, su familia reveló que padecía una rara forma de demencia denominada afasia progresiva primaria y desde entonces permanecía alejado de la vida pública.

Su agente ha informado que el cómico ha muerto este miércoles a los 77 años. Deja un legado de tronchantes papeles en los que gustaba de disfrazarse de mujer de voz chillona, como en su personaje de la madre del 'mesías' Brian. También fue inepto cardenal de la Inquisición, remilgado camarero francés y pianista en pelotas. Dirigió películas y documentales fuera de la órbita de los Python y escribió una veintena de libros para niños, así como artículos de opinión en diarios como 'The Guardian' y 'The Observer'.

Nacido en Gales en 1942, Jones creció en Surrey y estudió Literatura Inglesa en Oxford, donde coincidió con Michael Palin. Juntos empezaron a actuar en escenarios y a escribir piezas televisivas hasta que en 1969 se reunieron con el resto de los Monty Python. Su 'Flying Circus', que se mantuvo en antena hasta 1974, permanece como una una serie mítica que hoy sigue deslumbrando por su atrevimiento y el aluvión de ideas que desbordan cada episodio.

Todos los capítulos comenzaban igual, con Michael Palin de náufrago en los escenarios más insospechados, acercándose a cámara para decir «es...» justo cuando es cortado por la música rimbombante y los títulos de crédito de Terry Gilliam, collages brutales del que permanece como memorable icono el pie del cupido de Bronzino aplastándolo todo. La idiosincrasia del Reino Unido y sus sacrosantas instituciones, el ensimismamiento de artistas e intelectuales y la cultura popular cayeron bajo la trituradora de los Python.

Terry Jones y el resto de miembros británicos de los Monty Python en sus inicios (falta Terry Gilliam, el único estadounidense). En su inolvidable papel de la madre del protagonista de 'La vida de Brian' y en una fotografía de 2008.
Imagen principal - Terry Jones y el resto de miembros británicos de los Monty Python en sus inicios (falta Terry Gilliam, el único estadounidense). En su inolvidable papel de la madre del protagonista de 'La vida de Brian' y en una fotografía de 2008.
Imagen secundaria 1 - Terry Jones y el resto de miembros británicos de los Monty Python en sus inicios (falta Terry Gilliam, el único estadounidense). En su inolvidable papel de la madre del protagonista de 'La vida de Brian' y en una fotografía de 2008.
Imagen secundaria 2 - Terry Jones y el resto de miembros británicos de los Monty Python en sus inicios (falta Terry Gilliam, el único estadounidense). En su inolvidable papel de la madre del protagonista de 'La vida de Brian' y en una fotografía de 2008.

«¿Usted que prometió construir 80 millones de viviendas de protección oficial en Londres y que después de cuatro años ni tan sólo ha construido tres, se siente un poco decepcionado?», le preguntan a un político. Y responde: «No, en absoluto. Y además, si quiere le puedo dar una respuesta emitiendo sonidos guturales rarísimos que sé hacer». Cualquier inglés conoce el Ministerio de Andares Ridículos y el Maratón para Incontinentes. Su legado de subversión y carcajadas es tan influyente que, sin ir más lejos, un sketch suyo en un restaurante que solo ofrece carne de cerdo enlatada ('spam') es el culpable de que el correo no deseado se llame así.

Terry Jones pronto dejó claro que estaba interesado en dirigir los largometrajes del grupo, en los que también intervenía como actor. 'La vida de Brian' originó en su estreno un monumental escándalo al ser considerada blasfema por sectores católicos. Los cómicos aprovecharon los escenarios en Túnez de 'Jesús de Nazaret' de Franco Zeffirelli, rodada un año antes, y pudieron producirla gracias al dinero del exbeatle George Harrison, que finalmente obtuvo abultados beneficios al ser un éxito de taquilla en todo el mundo.

Su última película juntos fue 'El sentido de la vida', una irregular amalgama de episodios bestias sobre la fecundidad de las clases bajas católicas o la rigidez del sistema educativo británico. Jones protagonizaba en ella un inolvidable gag que se reía de la exquisitez culinaria y la sobrealimentación, la escena más escatológica e hilarante del cine moderno: el pantagruélico banquete del señor Creosota, que devora exquisiteces hasta, literalmente, reventar.

Ya con los Python disueltos, Terry Jones dirigió comedias y fantasías tan inteligentes como 'Servicios muy personales', 'Erik el vikingo' y 'Viento en los sauces'. Especialista en la poesía de Chaucer, apasionado de la historia medieval, escribió y presentó series sobre el tema. También fue un firme oponente a la Guerra de Irak, a la que llegó a dedicarle un libro. Casado en dos ocasiones, superó un cáncer de colon en 2006 y tuvo a su tercer hijo en 2009. Jones se reunió con sus compañeros por última vez en el escenario en 2014 para un último show de los Monty Python en el estadio O2 de Londres. Su pérdida se llora en el Reino Unido con el dolor de haber perdido a un auténtico genio que hizo reír a varias generaciones. «Two down, four to go» (han caído dos, quedamos cuatro), ha tuiteado John Cleese.

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