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Imagen de 'De naturaleza violenta'. RC
Crítica de 'De naturaleza violenta': gore y ensayo

Crítica de 'De naturaleza violenta': gore y ensayo

¿Qué pasaría si el asesino de 'Viernes 13' se cuela en una película de cine de autor? Con alguna muerte original, y bastante ironía, el contador de cadáveres no para en esta vuelta de tuerca al cine juvenil de terror

Jueves, 25 de julio 2024, 13:12

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Verano es una buena época para el lanzamiento consciente de algún que otro blockbuster y cine infantil, pero también para el terror. Su público potencial, el adolescente, busca el aire acondicionado que ofrecen los centros comerciales y las multisalas cuando el calor aprieta. A la espera del estreno de 'Longlegs' a principios de agosto, señalada como una de las cintas de horror del año, ha visto la luz en la cartelera estival la esperada 'De naturaleza violenta', otro título que está dando de qué hablar esta temporada debido al salvajismo de algunas de sus perturbadoras imágenes. Apadrinada por Shudder, canal especializado operado por AMC, todavía inédito por estos pagos, la película está escrita y dirigida por el casi debutante Chris Nash -cuenta con un corto en 'The ABCs of Death 2'-, quien se ha aplicado el cuento de que el cine de género puede ser una excelente tarjeta de presentación cuando quieres llamar la atención y cuentas con pocos medios. Algunos cineastas de última hornada, con olfato autoral, se dan a conocer con llamativas propuestas relacionadas con los sobrenatural antes de apostar por otro tipo de filmes personales. Tras dar un puñetazo en la mesa, salpicando a la crítica y el fandom, encuentran su sitio en un negocio complicado donde cada vez hay más competencia.

Afortunadamente, no hablamos de la indigesta etiqueta «terror elevado» que tantos ladrillos ha maqueado como recomendación del año. 'De naturaleza violenta' pretende deconstruir el slasher de toda la vida, le da una vuelta con un presupuesto ajustado, riéndose de algunos tics del género pero también del cine autoral impostado, tirando de algunos lugares comunes a los que da un repaso con un sentido del humor no apto para cualquier público. La historia es lo de menos, una vulgar excusa para ofrecer un espectáculo sanguinolento en grado sumo, con algunos encuadres peculiares, que fusiona a Jason Voorhes de 'Viernes 13' con Sloth de 'Los Goonies'. El semblante demoniaco y sobrenatural de Mike Myers también está presente, sin que suene la música de John Carpenter: no hay banda sonora en todo el filme, resaltando la inquietud o la barbaridad que toque. Hay ruido de pajaritos en el bosque, un paisaje idílico -con puesta de sol incluida-, contrastando con el sonido de los golpes de objetos contundentes que propina el matarife protagonista, un ser ultraviolento que se pasea entre los árboles buscando a su presa entre silencios y momentos contemplativos con las verdes montañas de fondo. Razones hay de sobra para no tomarse en serio un relato siniestro que empieza con calma y va subiendo el nivel de brutalidad.

El punto de vista

El asesino en serie, el diabólico psicópata aparentemente inmortal, un tipo tan grande como deforme y horripilante, que campa a sus anchas dejando un rastro de víctimas destrozadas en 'De naturaleza violenta', es perseguido por la cámara cuando camina entre la maleza, como en un videojuego en tercera persona. Supuestamente, la intención desde la dirección es ofrecer un punto de vista diferente en una historia de estas características, pero no es 'Henry, retrato de un asesino'. Con el humor negro por montera, le echa imaginación en algunas muertes, pero nos estamos con el psychokiller harapiento en todo momento, solamente cuando le conviene a la narración, de ritmo extremadamente pausado en algunas escenas alargadas a propósito, hasta la extenuación, en una clara búsqueda de un escenario de contraste con grandes guiños a reconocidos clásicos del género. La película se toma su tiempo, hay que verla con ganas y paciencia. No da miedo, no hay tensión ni sustos al uso. Busca el mal rollo y cierto naturalismo describiendo lo sórdido con parsimonia. Genera angustia y desasosiego en el espectador, incluso asco, en un formato opresivo, con relación de aspecto 4:3.

La bestia inhumana puede tardar más de 10 minutos en cortar un brazo y decapitar un cuerpo con una sierra mecánica de mesa sin cambiar de encuadre en el mismo plano. Otro tanto puede estar recreándose golpeando un cadáver hasta hacerlo papilla mientras otra posible víctima observa paralizada, totalmente en shock. Hay atrevimiento digno de aplauso en 'De naturaleza violenta', con un uso audaz del fuera de campo. No obstante, si no entramos en el juego macabro, que no es fácil, puede resultar un soberano aburrimiento. Horror low cost, pretendidamente de autor desde el cinismo, escupiendo sobre sí mismo, con algunas referencias estéticas inevitables a títulos de culto como 'La matanza de Texas'. Una charla casual en un coche en movimiento entre dos personajes en el tramo final subraya las intenciones de esta propuesta que desmonta una fórmula manida dando al público enterado lo que busca.

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