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'Color out of space', horror y psicodelia

'Color out of space', horror y psicodelia

La película se plasma en cine atmosférico, un colocón de imágenes que pervierten nuestra retina en pos del horror

Jueves, 6 de agosto 2020

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Vuelve Richard Stanley, un realizador maldito, con todas las letras. Lleva la etiqueta sin orgullo y no se la ha adjudicado él mismo, como suele ocurrir a menudo entre tanto artista ególatra en el séptimo arte. Convertido en una suerte de Alan Moore en versión cinematográfica y de andar por casa, amante del esoterismo y las drogas psicodélicas, el cineasta de culto llamó poderosamente la atención en la década de los años 90 en el ámbito del género fantástico, con títulos como 'Hardware, programado para matar' o 'Dust Devil (El demonio del desierto)'.

El joven Stanley apuntaba maneras, manejando los lugares comunes del terror y la fantasía retorcida, resortes que tocaba enarbolando un espíritu de serie B que le permitió pasear su obra por festivales como el de Sitges, donde siempre es acogido con cariño. Sin embargo, Marlon Brando se cruzó en su camino en 1995, en la adaptación de 'La isla del Dr. Moreau', cuyo rodaje fue una auténtica pesadilla que refleja con buen tino el recomendable documental 'Lost Souls: El viaje maldito de Richard Stanley a la isla del Dr. Moreau', de David Gregory., disponible en la plataforma Filmin (una pieza ideal para todo estudioso del celuloide que se precie y toda aquella persona que quiera aprender sobre los entresijos del mundillo).

En sus comienzos como director, Stanley tenía entre sus mayores deseos filmar una versión del clásico de H.G. Wells. El proyecto de 'La isla del Dr. Moreau' se hizo realidad, pero el rodaje se convirtió en una locura. El enfrentamiento entre el negocio y el arte explotó y finalmente. John Frankenheimer tuvo que terminar como pudo una película olvidable que figura como una anécdota fascinante en la historia del medio, un delirio irracional que pinchó por el camino. Un quiero y no me dejan. Quizás hubiera sido una obra maestra del cine fantástico, pero se estampó a lo grande debido a una tormenta tropical que destruyó los decorados y a los caprichos de las estrellas principales, con un decadente Marlon Brando a la cabeza. Tras el triste episodio, Stanley no volvió a colocarse detrás de la cámara en muchos años, firmando algún documental excéntrico sobre magia y el Santo Grial. Su regreso de la mano de 'Color Out of Space' es noticia debido a su trayectoria truncada. Una vuelta al ruedo que ha sido aplaudida a rabiar por los aficionados al cine de género. Adaptación libre del conocido relato de H. P. Lovecraft, apuesta precisamente por un cine old school con el objetivo de sumergir al público en una pesadilla metafísica absorbente. Los efectos visuales son una delicia, realizada en España por USER T38. Además, Nicolas Cage siempre es bienvenido, haga lo que haga. La propuesta atrapó al personal congregado en la sala oscura en festivales como el de Sitges o la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián.

'Color Out of Space' es cine atmosférico, un colocón de imágenes que pervierten nuestra retina en pos del horror. Un meteorito cae cerca de una granja donde vive una familia en paz y armonía. Como cabe imaginar, el fragmento espacial viene con sorpresa. La vida rural se torna una alucinógena experiencia, una explosión de sensaciones que se mueven entre el éxtasis y el terror en estado puro. El miedo a lo desconocido se torna un espectáculo lisérgico en manos de un director que no disimula su interés por los estupefacientes. Despliega una curiosa imaginería psicotrópica según se desarrolla el relato, con una manera de entender el cine en desuso. La explosión final, un caos envolvente, reafirma la condición de una obra pergeñada por un fanático absoluto de Lovecraft para el deleite de los seguidores del turbio y brillante escritor.

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