'Chupipódcasts'
Crítica de televisión ·
Los canales generalistas prueban ideas, supuestamente renovadoras, con rostros emergentes, a ver si suena la flauta
En un intento de abrirse a nuevos públicos, los canales generalistas prueban ideas, supuestamente renovadoras, con rostros emergentes, a ver si suena la flauta. Rara ... vez realizan este tipo de maniobras directamente en su parrilla habitual en línea. Optan por su servicio en 'streaming' en paralelo, como es el caso de Flooxer, sello de Atresmedia que piensa en los más jóvenes. Generalmente fichan a nuevos talentos, gente celebre con una gran cantidad de seguidores en las redes sociales, y los colocan, como suena, en un formato ya existente, nada o poco original.
Atresplayer estrenó 'online' el pasado domingo 'Si lo dice mi madre', adaptación del exitoso formato internacional 'Mommy Knows Best'. Presentan este 'reality', visto y revisto, La Pija y la Quinqui, léase Carlos Peguer y Mariang, quienes entrevistaron al mismísimo Pedro Sánchez en su conocido pódcast, alcanzando cierta fama más allá de sus 'followers' potenciales en plena campaña electoral.
Se dice, bromeando, que actualmente hay más pódcasts que seres humanos. Todo el mundo tiene un pódcast, que viene a ser la radio de toda la vida, una tertulia -ahora grabada también en video- distribuida a través de internet. La Pija y la Quinqui son de una generación que «no ve la televisión», la escucha en Spotify o la mira en el móvil, porque el espíritu del contenido no varía en exceso. Cuando son fichados por una gran empresa de entretenimiento, ya veterana, protagonizan un programa que apenas tiene que ver con el formato que les ha dado popularidad. No hay, por tanto, un recambio de ideas real. No hay riesgo alguno al apostar por otro 'dating show' del montón. Esta vez son las madres las que deciden el destino amoroso de sus vástagos. Tan sorprendente como el final de 'Titanic'.
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