‘Soldados del amor’, versión siglo XXI
Marta Sánchez era una estrella que se apagaba sola. La cantante, que tuvo en su día como padrino musical al grancanario Alfredo Kraus, vivió su momento de gloria con Olé Olé en los años 80, fue todo un fenómeno musical y también sexual cuando el Gobierno del PSOE la llevó con el citado grupo a animar a las tropas españolas en el Golfo Pérsico en 1990, y después se instaló ella solita en el declive artístico. Rompió con Olé Olé, colocó entre las canciones más escuchadas algún éxito en solitario y más recientemente un dúo con Carlos Baute, acabó fatal con este por los derechos de Colgando en tus manos y hasta participó en una especie de reality musical en televisión que solo sirvió para confirmar que su tiempo había pasado.
Así era hasta el pasado fin de semana, en que consiguió llamar la atención con una versión del himno de España que ha sido aplaudido, como era de prever, por el Partido Popular y Ciudadanos, con Mariano Rajoy y Albert Rivera reconciliándose gracias al talento artístico de la cantante -así se escribe la historia, la que va con minúscula inicial... Ayer el eurodiputado Esteban González Pons daba un paso más y proponía que Marta Sánchez abra el partido de la final de la Copa del Rey de fútbol con la canción del himno, imitando así lo que ocurre en Estados Unidos cada vez que se disputa el Superbowl.
Antes de las consideraciones políticas, hay que quitarse el sombrero ante la capacidad de Marta Sánchez para reinventarse y resurgir de sus cenizas. Lo ha hecho con una música que no es suya y con una letra que no entrará en los anales de la poesía cantada, pero ha tenido el inmenso acierto de elegir el momento propicio para llamar la atención. Sobre la marcha el vídeo de la actuación se ha hecho viral, su nombre resonaba ayer en todas las tertulias radiofónicas y televisivas y este país ya se ha dividido entre los que están con ella y los que se posicionan contra ella -o más exactamente, contra su himno cantado-. Así, aquella Marta Sánchez que entonó Soldados del amor ante la tropa marinera, ahora da nuevos bríos al patriotismo con su himno cantado, dejando por tierra otras letras que acabaron archivadas.
Si vamos al fondo de la cuestión, me incluyo entre los que evitan este nuevo bipartidismo entre proSánchez y antiSánchez, y lo hago porque creo que los problemas de este país, en especial los relativos al modelo de Estado, no se resuelven tirándonos canciones a la cabeza. Mal, pero muy mal, está el nivel político de este país si ese es el remedio.
