Órganos vitales
«La candidatura de López Aguilar es un corazón desbocado, un verso suelto en el PSOE»
Si tomar decisiones con el corazón tiene sus riesgos, hacerlo solo con la cabeza nos convierte en máquinas incapaces de mirar más allá de los números. Evidentemente esa dicotomía no se produce siempre y, de hecho, en la mayoría de las ocasiones elegimos el camino combinando la razón con los sentimientos. Sin embargo, en política la balanza cae a veces del lado de las vísceras, algo que le ocurrió a las bases socialistas en las primarias que ganó hace tres semanas Pedro Sánchez y podría pasar también en Canarias si Juan Fernando López Aguilar logra los avales para ser candidato.
Aunque no existe un paralelismo directo en la carrera de estos dos dirigentes del PSOE, los antecedentes coinciden en catalogarlos en la sección de animales políticos, esa especie en peligro de extinción capaz de sobrevivir a la lógica que dicta el cerebro. En más de una ocasión, tanto Sánchez como López Aguilar han sido dados por muertos por sus enemigos socialistas y, una y otra vez, ambos han logrado salir de la tumba.
Seguramente por eso el exministro de Justicia y ahora eurodiputado tendrá muchos problemas para conseguir los 600 avales que necesita para enfrentarse a Patricia Hernández y a Ángel Víctor Torres por el liderazgo del PSOE en Canarias. Sus adversarios saben que nadie como Juan Fernando López Aguilar para poner en marcha el resto de los órganos vitales de la militancia socialista y lograr que las entrañas ignoren lo que dicta el sentido común. Ya lo demostró cuando logró 26 diputados en las elecciones autonómicas y lo ratificó con unos buenos resultados cuando lideró la lista del PSOE al Parlamento europeo.
A falta de apoyos en el aparato del partido en las Islas y sin ningún cariño por parte de Ferraz, su candidatura es y sería -en el caso de concretarse- un corazón desbocado, un verso suelto que apelaría al discurso de recuperar el socialismo de siempre sin ataduras ni compadreo con Coalición Canaria.
Ante eso, lo que pretenden hacer sanchistas y susanistas, es cortar de raíz el riesgo y evitar el paseíllo de López Aguilar por las sedes locales del PSOE con un mensaje que suele calar en el hígado, los riñones y el páncreas de la militancia. Esa operación implica -quede claro- romper la tradición no escrita entre los socialistas de facilitar los avales a todos los aspirantes. Y ese tipo de intervención tienen su riesgo...aunque se hagan con la cabeza.