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Icod de los Vinos, ¿cuestión de Estado?

Viernes, 4 de agosto 2017, 14:07

Pueblo chico, infierno grande... Es un viejo axioma que le sienta perfectamente a la política canaria. A partir de ese principio, soñar con pactos en cascada es un imposible metafísico. Una cosa es que lo se cocine en las alturas regionales, incluso en las medianías insulares, y otra muy diferente lo que pasa en las bajuras locales, donde entran en juego filias y fobias entre vecinos, entre barrios y, a la postre, entre partidos.

Lo saben bien los que llevan años gestionando pactos a nivel regional. Ellos son los primeros testigos de que no hay forma de meter en cintura a sus compañeros de las agrupaciones locales. Es más: a la hora de la verdad, tampoco les interesa, pues juegan con esas tensiones como elementos para la negociación en el ámbito regional.

Dicho esto, lo de Icod de los Vinos pudiera parecer un episodio más de descoordinación entre la política insular y la regional, pero no es así. Es, en todo caso, otro capítulo de coherencia con los dos párrafos iniciales. A saber: que cada uno se gobierne en su ayuntamiento. Más aún, sucede cuando no hay pacto regional alguno, de manera que los partidos firmantes de la censura se encuentran liberados de ataduras en las alturas. Otrosí: en ese juego entra una agrupación local, Somos Icodenses, que, ¡oh, detalle importante!, es la bandera municipal de Nueva Canarias, que ahora pinta -y mucho- a nivel nacional.

Así las cosas, el gesto de los nacionalistas de CC de rasgarse las vestiduras por la censura icodense y tocar en la puerta de María Dolores de Cospedal puede ser el tiro que les sale por la culata. Lo digo porque si la pretensión con ese llamamiento es desarticular la moción, pueden haber conseguido justo lo contrario: blindarla. Porque ahora ya se convierte en una cuestión de honor para todo el PP canario, que no quiere verse como el PSOE cuando este habitaba en el Gobierno regional. Y eso por no hablar del hecho de que cualquier observador sospecha que si algo le quita el sueño a Cospedal en estos momentos es lo que está pasando en Cataluña. Con todos los respetos para los icodenses y su futuro, no veo a la ministra de Defensa y secretaria general del PP interrumpiendo sus vacaciones para personarse en la villa del drago milenario a poner orden en las filas. En cuanto a Mariano Rajoy, no consta que en su caminata matinal en Galicia, donde acaba de comenzar unos días de descanso, dedique muchos minutos a ver cómo desmonta una censura de la que los telediarios de las cadenas nacionales no hablan ni un segundo.

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