Tras una semana pasada marcada por los ecos del nuevo gurú social que algunos dicen que canta y tras el Día de Canarias, donde conviven ... por igual la identidad canaria sentida de corazón y la impostada, propongo comenzar estos siete días con un viaje en el tiempo hasta el corazón de la capital británica. Para ello, sugiero que se sumerjan en las páginas de la breve novela 'Prohibido morir aquí', de Elizabeth Taylor, que desde el pasado mes de mayo se puede adquirir en las librerías españolas, de la mano de Libros del Asteroide.
La escritora británica, fallecida en 1975 y considerada por la crítica como una de las más brillantes de su país durante el pasado siglo XX, propone una entretenida historia que transcurre principalmente en el hotel Claremont. Un austero, respetable y céntrico establecimiento londinense donde una serie de variopintas personas de la tercera edad deciden alojarse. Todo arranca con la llegada de la señora Palfrey, que durante uno de los paseos por Londres conoce accidentalmente a un joven que se hará pasar por el nieto que no va nunca a visitarla, para acabar así con las preguntas de los demás huéspedes.
Veladamente, 'Prohibido morir aquí' es una reflexión sobre cómo afrontar el ocaso de la vida mientras la cabeza sigue en su sitio y las fuerzas aún no flaquean. También sobrevuela por sus páginas una mirada certera a uno de los grandes males de las personas mayores, la soledad. Hay ocasiones en las que es irremediable, ya que no quedan familiares o amigos vivos. Pero en la mayoría de las veces nace porque quienes les han rodeado hasta la madurez les dan ahora la espalda, les molesta su presencia. Terrible.
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