Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este viernes 9 de junio

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Ahora que por fin, y después de varios bandazos traumáticos, la UD había encontrado a su entrenador, solo pensar que el club pueda dejar escapar a Mel, el único técnico desde la marcha de Setién que ha estado, como poco, a la altura de las circunstancias, es para echarse a llorar. El que debería haber sido el líder del ambicioso proyecto que Ramírez confeccionó el año siguiente del descenso terminó llegando en marzo, sin posibilidad de reacción tras el desastroso paso de Jiménez y, sobre todo, Herrera. Lo que vino después fue discreto, sí, pero los recursos con los que contó el madrileño lo eran aún más. Precisamente, cuando tuvo algo de materia prima demostró maestría táctica para encajar a Viera y Pedri el poco tiempo que coincidieron. Fueron unas maravillosas semanas en las que Las Palmas era, de largo, el mejor y más divertido conjunto de la categoría.

Ha dotado de identidad y personalidad a un equipo desnortado que había terminado por desencantar a una afición ya en guerra abierta contra el presidente. Pero una vez lograda esta ansiada estabilidad, Mel no deja de lanzar mensajes alarmistas anunciando un adiós que, seguro, es evitable. Por el tono de su discurso es fácil descubrir que lo que demanda valoración y cariño. Un poco de reconocimiento por los servicios prestados. Pero el club, excusándose en la crisis global, le ofrece una renovación a la baja, casi como haciéndole un favor, por mucho que venda que quiere retenerlo a toda costa. Es normal que el amor propio de Mel le obligue a decir no a estas condiciones. Ofertas no le faltarán al técnico, por lo que el riesgo de que al final se consuma su marcha es cada día más alto. Sería un golpe demasiado duro, sobre todo para una hinchada que sabe de la poca habilidad que tiene la UD para regenerarse. Ya fue suficientemente triste ver a la plantilla celebrar la salvación como si fuera un ascenso como para aguantar otro desfile de despropósitos por el banquillo.

Este tiro al pie es parecido al del Herbalife. El despido de Berdi solo se entendió con la posterior foto de la presentación del nuevo equipo técnico. La presencia del político desveló la razón del adiós por la puerta de atrás de un hombre que dedicó 30 años al club y que ha sido uno de los principales artífices del mejor Granca de la historia. Esta vez, ni el basket sirve de consuelo.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios