La trama

El caso Mediador se está convirtiendo en la comidilla nacional, de manera que en Madrid quien no habla del caso del FC Barcelona y sus pagos a un antiguo árbitro, lo hace de las andanzas de un diputado, su sobrino y un general de la Guardia Civil, todos ellos en la cúspide de un presunto clan corrupto. Para poner algo de picante en el plato, las imágenes del parlamentario en clubes de alterne, así como del sobrino un poco 'perjudicado', se están viralizando. Lo que le faltaba a Canarias... por no hablar de las personas de su entorno, que supongo que no encuentran una alfombra bajo la que meterse ante la vergüenza ajena.

El relato que hicieron este mes los investigadores y que elevaron al juzgado es demoledor. Ylo es por varios factores. Primero, por las horas de trabajo acumuladas para desentrañar, ordenar y relaciones los miles de mensajes aportados por el mediador que da nombre el caso y que tenía en dos teléfonos móviles. Segundo, porque advierten expresamente de que estamos ante «la punta del iceberg», pues la relación de presuntos favores va más allá de unas queserías en busca de rebajas en sus expedientes. Tercero, y quizás debiera ser lo primero por el énfasis del escrito, porque este caso mina la «credibilidad democrática», una afirmación que se sustenta en la relevancia de los dirigentes de la red y su condición de representantes públicos. No es baladí el apunte: un parlamentario es representante de la soberanía nacional; un director general es garante del cumplimiento de la legalidad, y un alto mando de un cuerpo de seguridad tiene la obligación de vigilar que se cumple con esa legalidad. Si ellos se ponen el mundo por montera, entonces es evidente que esa fe en que las cosas funcionen adecuadamente se diluye por completo.

Con ese panorama, más de uno se preguntó ayer cómo era posible que la Fiscalía no pidiera el ingreso del presunto líder, el ya exdiputado Juan Bernardo Fuentes, mientras que sí fue encarcelado el general jubilado Francisco Espinosa. La respuesta cae por el propio peso de la intuición: Fuentes ha accedido a hablar y a colaborar. Si así fuera, supongo que los nervios ayer se desataron en muchos despachos. Lo digo porque el exdiputado tenía acceso a muchos con poder, como también en su agenda están teléfonos de empresarios y contactos de muy diverso pelaje. O sea que quizás en las próximas semanas o meses ese iceberg empiece a quedar a la vista.

Fuentes, en todo caso, ya puede dormir en casa. Otros sospecho que tendrán dificultades para conciliar el sueño.

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