El sueño de Tito Berni
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Émulo de Torrente, dio en malas compañías, en negocios que tenían su base en libros de la vieja picarescaSecciones
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Émulo de Torrente, dio en malas compañías, en negocios que tenían su base en libros de la vieja picarescaNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Tito Berni asegura que en esa parranda de prostitutas y coca él estaba durmiendo. Lo engañaron para hacer ese reportaje fotográfico, ese álbum no de la infamia sino del cutrerío. Durmiendo como un bendito Tito Berni, padre de la patria. Durmiendo él y nosotros en Babia. Un angelote Tito Berni, durmiendo el sueño de los justos mientras los amigotes, unos hombres malos, andaban con malas mujeres y se metían por las narices cosas malas. Tito Berni andaría soñando con pastorcillos o con simpáticos guanches o, mejor aún, con la paz y la justicia universales tal como corresponde a un líder político de su nivel. Desfasado, Tito Berni. Desfasado por los pastorcillos, los guanches y el esperpento de su fiesta, más propia de finales del siglo pasado, cuando Roldán andaba en calzoncillos entre mujeres de vida alegre, de vida tan triste. Ahora, ay Tito, lo que cunde son los paraísos fiscales, las evasiones de capital, y no las cajas de zapatos llenas de billetes. Aprendiz de giles y roldanes, Tito Berni.
Émulo de Torrente, Tito Berni dio en malas compañías, en negocios que tenían su base en viejos libros, no leídos pero bien asimilados. 'El Lazarillo de Tormes', 'El Buscón', 'Rinconete y Cortadillo'. El gran Berni. La vieja picaresca rebautizada con acento canario. Ofreciendo a los caballeros del momento -los empresarios- sus servicios y contactos, sus conocimientos y suspuestas amistades. Pastoreo por el Congreso de los Diputados, comidas abundantes (Carpanta ya se sació, Tito Berni, el hambre ahora es otra, el apetito no se sacia con aquellos pollos en pepitoria de tu ídolo Carpanta sino con estrellas Michelin). Pero qué iba a saber el bueno de Tito Berni, él estaba durmiendo.
Él estaba durmiendo y el mundo dando vueltas sin ton ni son alrededor del sol, ¿o era al revés, Tito Berni? ¿Era el sol quien daba vueltas e iba a buscarte a ti, conseguidor de milagros y portentos? No lo sabe, él estaba durmiendo, soñando con el bienestar de los canarios y de los españoles en general. Estafador de vuelo corto pero de puñalada honda para su partido en vísperas de tanta elección. Otra vez el fantasma de lo corrompido y lo putrefacto. No queda otro remedio que el ventilador, Tito Berni, para pasar el sofoco. Airear la basura de la casa del vecino mientras se saca la inmundicia por la puerta de atrás. Y tú más, se dicen ahora unos a otros tratando de rebajar la suciedad propia a costa de la mugre en la fachada del adversario. Mala maniobra esa de pensar que así se borra lo podrido y que todos estamos no durmiendo como Tito Berni, sino dormidos, alelados. Como si todos jugáramos en la liga de Tito Berni.
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