Una sociedad madura
Frecuencia modulada ·
«El volcán trae un importante golpe de atención para quienes defienden el simplón 'y tú más'»
Si las grandes desgracias unen, el volcán de La Palma parece haberse convertido en el único pegamento capaz de demostrar que otra forma de hacer política es posible. En la jaula de grillos que se ha convertido la vida pública en este país, la unidad mostrada por todas las administraciones para vencer hombro con hombro a la devastadora naturaleza supone un importante golpe de atención para quienes defienden el discurso simplón de 'y tú más'. Sería ingenuo apostar un mísero euro a que el efecto 'unidos por el interés común' llegue a otros ámbitos políticos, pero al menos quedará en la retina de algunos el agradecimiento colectivo al ejemplo palmero.
La foto de Sánchez, Torres, Hernández Zapata y los alcaldes de los municipios sin fisuras a las pocas horas del comienzo de la erupción en Cumbre Vieja demuestra que es posible aparcar el ego que tantas veces encharca el trabajo en equipo. Empujar juntos el carro, sin codazos por una foto, como hace el resto del país cada día. Por una vez, los políticos han formado parte de esta sociedad madura que afronta las dificultades ajena a la mirada frentista de los partidos.
Esa sociedad madura también se ha reflejado en La Palma en el trabajo de predicción e información milimétrica realizado por los científicos. Los expertos anticiparon la actividad volcánica y su acierto sirvió para preparar con tiempo el operativo que ha evitado víctimas mortales o heridos pese a la gravedad de la erupción. Su profesionalidad gana enteros además con la naturalidad con que han asumido su papel ante los medios de comunicación, conscientes de que explicar los hechos con datos contribuye -y mucho- a dar tranquilidad a la población.
La magnitud de la tragedia que vive la isla bonita ha contado asimismo con el contrapeso de una sociedad canaria madura, capaz de afrontar con la mirada alta cualquier emergencia. Fuerzas de seguridad, ejército, protección civil, servicios municipales, televisión pública, organizaciones no gubernamentales, ciudadanos anónimos...todos y cada uno de los colectivos implicados en la lucha contra el volcán han trabajado unidos para minimizar los devastadores efectos de la lava, la ceniza, los gases tóxicos y demás desgracias que excupe el monstruo.
Hoy, 16 días después del inicio de la erupción, miles de familias palmeras confían en que esta sociedad madura no los olvide cuando la tierra deje de rugir. Porque solo juntos seremos «más fuertes que el volcán».
