Prevenir y no lamentar
A cara descubierta ·
Lo ocurrido en Valencia nos tiene que servir para no cuestionar las decisiones que se toman de forma preventiva ante fenómenos meteorológicos. Es mejor pecar de exceso que defectoDe lo ocurrido hace poco más de una semana en Valencia tenemos que extraer muchas lecciones. Una de ellas nos afecta a los padres y ... madres en el sentido de que nunca hay que poner en duda las decisiones preventivas que toman las administraciones públicas para evitar, precisamente, situaciones como la provocada por la DANA.
En Canarias, hasta la fecha, el Gobierno regional ha optado siempre por la prudencia y las últimas decisiones de suspensión de clases ante fenómenos meteorológicos adversos han sido ampliamente cuestionadas, tanto por la oposición política como por la sociedad, sobre todos los padres y las madres que, a toro pasado, comprueban que ni llovió, ni hizo un calor irrespirable y sin embargo, tuvieron que hacer de todo para poder colocar a sus hijos ante la suspensión de las clases.
La última vez fue en octubre del año pasado, cuando el Gobierno de Canarias decidió suspender dos días las clases por un aviso de altas temperaturas. Entonces, además de las quejas de los padres -los chat aquellos días echaban humo-se llegaron a plantear hasta preguntas en el Parlamento de Canarias por parte de algunos grupos políticos, como el PSOE, para que se dieran a conocer los informes que habían motivado la decisión del consejero de Educación, Polí Suárez.
Aquella ola de calor pasó sin ser dramática pero solo lo supimos cuando ya había pasado y después de lo de Valencia está claro que es mejor equivocarse por exceso que por defecto cuando las vida de las personas está en juego. La DANA de Valencia con alerta hubiera dejado víctimas con casi total seguridad por la virulencia de las lluvias pero no las más de 300 que previsiblemente va a dejar.
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