Silencio: se rueda
Frecuencia modulada ·
El dinero siempre de los alcaldes pero Montero prefirió utilizarlo para producir una película
El cine. dice el ahora innombrable Woody Allen, tiene el enorme atractivo de que durante hora y media los problemas son de otro. A oscuras, ante la gran pantalla, saltas sin correr riesgos con Indiana Jones y su icónico látigo, derrapas con una megamoto en Misión Imposible, disparas cañones pese al garfio con Piratas en el Caribe, atraviesas el eterno desierto en camello a lo Lawrence de Arabia... Eres atrevido, un héroe sin miedo a nada, un aventurero que sale airoso en el último segundo, al límite de lo imposible. Algo así debe de soñar la ministra de Hacienda mientras come las palomitas y un gran refresco antes de anunciar que se acabó la regla de gasto: pirueta de Hollywood para dejar a las administraciones locales con la boca abierta.
La cinta -una batiburrillo de género de aventuras mezclado con el de suspense y por momentos con tintes cómicos- pasará el corte de una serie de festivales internacionales antes de llegar al Congreso de los Diputados. Con María Jesús Montero como artista principal, la promoción será especialmente dura ante los críticos de la Femp, la organización que agrupa a los alcaldes españoles que se partió en dos por culpa de la patosa interpretación de la ministra de hace dos meses. Hace sólo 30 días la responsable de Hacienda entonaba un 'a Dios pongo por testigo' para garantizar que «no había otra solución» para abrir el grifo del dinero a los ayuntamientos que su frustrado decreto. Recibió un abucheo generalizado y quizás por eso prefiere no arriesgar más ante la cámara: sonrisa de aquí no ha pasado nada y a repartir millones ha mansalva.
Este dinero -más de 7.000 millones de euros- fue siempre de los alcaldes pero Montero prefirió utilizarlo para producir una película exclusivamente rodada para obnubilar a Bruselas mientras con la otra mano la caja del Estado se va vaciando. ¿Cómo ha cumplido España con la regla de gasto impuesta por la UE? Pues a costa del buen hacer de los actores de reparto, una fórmula que ha salvado de la quema a muchas creaciones donde los principales no dieron la talla. Solo la profesionalidad del elenco secundario conformado por las corporaciones locales y contadas comunidades autónoma ha mantenido el déficit público en niveles de audiencia aceptables.
El espectáculo dado por Hacienda en este asunto augura otra entrega de 'serie b' en la esperada negociación de los presupuestos generales. Reserven ya sus entradas porque esta vez los problemas, aunque se trate de política ficción, serán de todos.
