El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, de Vox. / EFE

Satanás en Roma

Gaumet Florido
GAUMET FLORIDO Las Palmas de Gran Canaria

Aunque no se lo pueda creer, en el inframundo de la ultraderecha de este país se tiene la convicción de que la silla de San Pedro en Roma la ocupa actualmente el mismísimo Satanás. El delirio ideológico en el que están instalados les lleva a pensar que las muy tibias aperturas que ha procurado el papa Francisco son fruto de las ocurrencias del diablo.

En ese contexto, no es casualidad que la figura que representa en España a esta facción política se haya referido al jefe del Vaticano como el ciudadano Bergoglio, en un intento evidente de no reconocer su autoridad institucional al frente de la iglesia católica.

Por eso mismo tampoco es casualidad el intento de Vox en el gobierno de Castilla y León de criminalizar a las mujeres que optan por abortar. El protocolo que insta, o pretendía instar, a que las embarazadas que estaban en este difícil trance oyeran antes el corazón del feto o contemplaran su imagen en una ecografía 4-D no deja de ser un instrumento para la coacción o, peor aún, para la tortura.

Esta vez parece que el presidente Mañueco, del PP, en un arranque de cordura (a estas alturas, no sé si real o impostada), ha desactivado semejante desatino, pero me temo que no siempre será así, no siempre habrá cortafuegos a mano para que esta corriente involucionista no tiña de regresión nuestras vidas.

Por eso la sociedad actual ha de tomarse muy en serio y blindarse expresamente contra estos golpes de timón, porque, por muy peregrinos que parezcan, esconden dinamita pura para socavar derechos humanos y sociales que ha costado mucho conquistar y para emponzoñar la convivencia. ¿Qué será lo siguiente? Estemos ojo avizor.