Retroceso en comprensión lectora

Culpar al confinamiento es ruin, nadie que haya adquirido de forma adecuada esa competencia la pierde significativamente por estar en su casa tres meses, es más, realmente debería haber mejorado al tener más tiempo para leer.

En este país, con una enseñanza pública buena pero mejorable, se ha conseguido casi igualar los resultados entre géneros y también ir minimizando la brecha social. Pero tenemos un defecto muy grande: siempre nos comparamos con los peores para no enfrentarnos a nuestros resultados.

La competencia lingüística de los alumnos de primaria es mala, como lo es la de secundaria y ciclos medios, superiores y universitaria. Solo hay una explicación para este desastre: no nos preocupa como sociedad el deterioro de nuestra lengua materna. Ponemos el interés en aprender otras lenguas o lenguajes y abandonamos el progreso en la adquisición del vocabulario y conocimientos gramaticales que debe tener cualquier hablante español.

Desde el Ministerio de Educación y las distintas Consejerías autonómicas han extendido la evaluación por competencias obligatoria en todas las áreas. Esto podía estar muy bien si se hiciera, pero lo cierto es que el peso de la adquisición de la competencia lingüística sigue recayendo en el profesorado de Lengua castellana que se ve imposibilitado para corregir tantas heridas idiomáticas.

Por si fuera poco, se introdujo en las aulas una corriente pedagógica que pedía «no corregir los textos de los alumnos para no frustrar su creatividad». Absurdo planteamiento porque para aprender hay que corregir. En primaria apenas hay repeticiones por lo que no se puede echar la culpa a esa medida.

Dice el informe publicado que las mejores puntuaciones en esta competencia se dan en los alumnos que están menos de treinta minutos al día usando nuevas tecnologías. Cada colegio y familia debe preguntarse cuánto tiempo dedican los niños de nueve o diez años al ordenador, tabletas o móviles, porque la distracción es mayor a la hora de adquirir y usar la información, de extraer conclusiones y de interpretar ideas (comprensión lectora). Creo que aquí sí que podemos buscar soluciones, pero para ello debemos estar de acuerdo las familias y los docentes.

Un niño o adulto que no entiende lo que lee es y será un ignorante y fracasará en la adquisición de todos los saberes. Pero no importa, la inteligencia artificial ha llegado para solucionar este problema: la máquina hará el trabajo por nosotros, leerá e interpretará lo que le dé la gana y los españoles ignorantes se lo creerán. ¿Es esto lo que queremos?