La Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al cuarto trimestre del pasado año 2023, dada a conocer el viernes 26 de enero, contiene algunos datos preocupantes para Canarias. Especialmente por el significativo avance del desempleo en las Islas en el segundo semestre del año, alejándonos aún más de la media del Estado. Pero, asimismo, por el no menos importante aumento en las tasas de abandono escolar temprano, uno de los más relevantes indicadores educativos, tras varios años reduciéndola, lo que nos había situado por debajo de la media estatal.
Comenzaré por cómo queda reflejada la evolución del empleo en esta EPA final del pasado año. El número de personas desempleadas se incrementa en el último trimestre de 2023 en 17.100 (9,6%) respecto al trimestre anterior y se sitúa en 196.400. Mientras que en el conjunto del Estado se reducen los parados en 24.600, lo que supone una bajada del 0,86%. En términos interanuales el desempleo aumenta en nuestro archipiélago en 27.300 (+16,2%) cuando en el Estado se reducen las personas paradas en 193.400 (-6,40%).xx.
Sube el paro
En definitiva, tras seis meses del nuevo gobierno conservador, la tasa de paro aumenta en nuestra comunidad: lo hace en 0,45 puntos respecto a la del segundo trimestre y en 1 punto con relación a la del tercer trimestre, situándose en el 16,2%. Y, además, se amplía la distancia con la media de tasa de paro del Estado, que se redujo hasta el 11,8%, una distancia de 4,4 puntos frente a los 1,8 de un año antes.
Con relación al número de personas ocupadas en Canarias, este aumentó en 19.100 personas en el cuarto trimestre de 2023 respecto al trimestre anterior (un 1,9%) y se sitúa en 1.016.900; es el mayor número de personas ocupadas en Canarias. En el último año el empleo ha aumentado en 26.100 personas (un 2,6%). En creación de empleo interanual, el crecimiento de la ocupación es de un 3,8% en el Estado frente al 2,6% de Canarias.
De esta manera se rompe una tendencia de los últimos dos años, en los que el crecimiento de la ocupación era mayor en Canarias que en el Estado. Signo de la ralentización económica que vivimos y que las comparativas se hacen con trimestres anteriores de intensa creación de empleo. Todo ello tras unos años 2021 y 2022 muy robustos, mejor de lo que señalaban inicialmente las estadísticas. De hecho, tras la revisión realizada por el INE, el PIB real de Canarias creció un 8,5% en el año 2021 (frente a la estimación anterior del 7%) y nada menos que un 9,7% en el año 2022 (antes el dato era un 8%).
Respecto al paro registrado, los datos de enero de 2024 muestran que este creció en Canarias en 1.963 personas. Situándose en un global de 169.818. Por su parte, las afiliaciones a la Seguridad Social se reducen en más de 8.000 respecto a diciembre.
No parece que en un contexto de ralentización económica como el que estamos inmersos sean adecuadas, ni mucho menos, las respuestas que el Gobierno de Canarias da en los Presupuestos de la Comunidad para 2024. Reduciendo, por ejemplo, en 9 millones el crédito del Servicio Canario de Empleo (SCE), un instrumento importante para combatir las elevadas tasas de paro que padece Canarias y para formar y recualificar a las personas que desean trabajar y a las que ya trabajan. Tampoco es acertado incumplir con el Pacto por la Ciencia y la Innovación, al no recoger las cantidades comprometidas en este. Recortando, asimismo, las ayudas para apoyar a los distintos sectores productivos, especialmente el primario. Y con una inversión que resulta poco relevante con relación al incremento presupuestario global: crece un 11%, mientras que en las últimas cuentas públicas del Pacto de Progreso, las de 2023, aumentó un 35,4%.
Abandono escolar temprano
En segundo lugar, otro dato negativo para el Archipiélago de la EPA de diciembre es el referido al abandono escolar temprano. Se trata de un parámetro de comparación internacional que incluye a la población entre 18 y 24 años que no ha completado la segunda etapa de la Educación Secundaria (Formación Profesional de Grado Medio, Básica o Bachillerato) y no continúa ningún tipo de formación.
En la última Encuesta de Población Activa (EPA) del año 2022, el abandono prematuro se situó en Canarias en el 11,7%, 2,2 puntos porcentuales por debajo de la media estatal (13,9%). Hay que recordar que éramos la cuarta comunidad con más abandono en 2012, con el 28,30%, y pasamos a ser la octava diez años después.
Ahora, en la de diciembre de 2023, el abandono llega en las Islas al 15,1%, por tanto 3,4 puntos más que en 2022, mientras que en el Estado se reduce levemente (pasa del 13,9% al 13,6%); volvemos, por tanto, a estar por encima de la media (1,5 puntos), tras dos años por debajo (2021 y 2022). Somos la quinta comunidad con más abandono, solo por detrás de Baleares (19,1%), Murcia (19%), Andalucía (16,8%) y Castilla La Mancha (15,7%). Los mejores resultados los obtienen Navarra (6,3%), Euskadi (6,4%), Cantabria (7,4%), Galicia (8,8%) y La Rioja (9,4%), homologables a los europeos.
Para muchos analistas, el abandono escolar está estrechamente vinculado - además de con factores sociales como la pobreza- con el modelo económico, afectando menos a las comunidades que tienen mayor peso industrial y tecnológico y más a las que su economía la marca el binomio turismo-construcción. Al respecto, el catedrático Mariano Fernández Enguita, señala que, aunque intervienen numerosos factores sociales y educativos, hay sectores económicos «que pueden funcionar con mano de obra muy poco cualificada, lo que hace que sea más fácil la transición de la escuela al trabajo para los jóvenes sin estudios.
En el plano que corresponde al sistema educativo, Fernández Enguita señala como elementos para superar los elevados niveles de fracaso y de abandono escolar «la profesionalidad y capacidad de los docentes y la calidad y consistencia de los centros». Asegurando, además, que en el abandono intervienen también «mecanismos perversos», como una evaluación academicista y formalista o el abuso de la repetición de curso.
Y tampoco en este tema las cuentas públicas canarias contribuyen. Del incremento del Presupuesto de este año respecto a 2023, más de 1.100 millones de euros, solo 89 millones corresponden a educación. Mientras que el Pacto de Progreso colocó a la educación a menos de cuatro décimas del 5% del PIB que estipula la Ley Canaria de Educación, superando el 4,6%, ahora baja hasta el 4,20%, una distancia de ocho décimas. Queda mucho por hacer y no nos podemos permitir retrocesos.
En definitiva, la EPA de diciembre de 2023 muestra algunos datos preocupantes en el plano del empleo y en el de la escolarización, que exigen un permanente seguimiento y la implementación de medidas que permitan acercarnos a las medias estatales y europeas. En ese marco las políticas presupuestarias son fundamentales, no siendo de recibo, como sucede en las cuentas canarias, los incumplimientos de los compromisos de financiación establecidos en leyes como las de Educación y Cultura, o en el Pacto por la Ciencia y la Innovación; ni tampoco lo son el menor esfuerzo inversor y las rebajas de impuestos a los ricos que debilitan los ingresos públicos.
Estamos obligados, además, a reflexionar sobre nuestro modelo económico y su diversificación, sobre el crecimiento demográfico y sus implicaciones sobre el territorio y el medio ambiente, así como sobre la inversión y la transformación educativa. Sobre las decisiones que aquí se pueden y deben tomar para mejorar la vida de la gente y el presente y futuro de esta tierra.
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