2024, con buen pie

En el estado español, los comicios autonómicos y locales de mayo de 2023 se saldaron con un giro a la derecha en numerosas comunidades, entre ellas Canarias. Un éxito que todo parecía indicar que se repetiría en las elecciones generales. Su adelanto al mes de julio permitió hacerlas coincidir con el conocimiento directo por la ciudadanía de las decisiones ultraconservadoras que, en materia de feminismo, lucha contra el cambio climático o cultura, iban tomando PP y Vox en gobiernos autonómicos y ayuntamientos; lo que sin duda -por la movilización de sectores progresistas y de las mujeres, junto al papel de los nacionalismos periféricos- ayudó a los resultados del 23J, que hacían imposible un Gobierno entre PP y Vox, al que solo UPN y CC auxiliaron en el fracasado intento de investidura de Alberto Núñez Feijóo. Lo que facilitó la investidura de Pedro Sánchez al frente de un Gobierno progresista sustentado en una amplia y compleja mayoría parlamentaria.

Desde Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-bc) mostramos nuestro apoyo a este Ejecutivo y entendemos que debe combinar su compromiso en materia social con su sensibilidad con la pluralidad nacional del Estado y, en concreto, con las especificidades de Canarias. En ese sentido, compartimos el conjunto de políticas anunciadas por Pedro Sánchez en su comparecencia del pasado 27 de diciembre. Desde la revaloración de las pensiones sobre la base del IPC (3,8%) a la suspensión durante 2024 de los desahucios y alzamientos a familias vulnerables, pasando por la extensión de la gratuidad del transporte en guagua. Así como la prórroga a los gravámenes al sector financiero y al eléctrico. Y planteamos, asimismo, que Canarias debe acogerse a la posibilidad abierta de gestionar desde la comunidad el Ingreso Mínimo Vital (IMV).

Sin embargo, en su comparecencia echamos en falta referencias explícitas a otros asuntos que afectan a Canarias. Entre ellos, el impacto de los fenómenos migratorios y la imprescindible solidaridad de todas las comunidades en el adecuado acogimiento de los menores no acompañados. Tampoco habló sobre la situación del Sahara occidental, donde España tiene una responsabilidad histórica. Igual que eludió temas tan relevantes como el modelo territorial y la nueva financiación autonómica. Asunto este último en el que reclamamos que se respete la separación de los recursos del REF respecto a los de la financiación, así como nuestra insularidad y lejanía.

Como se recordará, el impacto de la Covid 19 fue muy duro en una comunidad muy dependiente del turismo y que quedó prácticamente paralizada con el confinamiento. Pero, gracias al esfuerzo colectivo y al papel del Gobierno de Progreso, nuestra economía ha crecido sólidamente en los últimos años, generando los mejores datos históricos de empleo y de afiliaciones a la Seguridad Social, y hemos consolidado a la comunidad autónoma como una de las más saneadas del Estado español.

Respecto al PIB, la revisión de los datos de crecimiento económico del Instituto Nacional de Estadística (INE) echan por tierra los infundios de CC y el PP sobre la situación heredada del Gobierno de progreso, mejorando los datos de crecimiento económico en 2021 (8,5%) y 2022 (9,7%). Con lo que es bastante probable que en el segundo trimestre de 2023, es decir, al finalizar el Ejecutivo de progreso, ya hayamos recuperado el PIB real de 2019 previo a la pandemia. Con relación al empleo, pese a la Covid, el volcán, la guerra y la inflación, en la legislatura del Pacto de Progreso pasamos de 899.000 mil ocupados en el II Trimestre de 2019 a casi un millón en el II Trimestre de 2023; y del 21% del desempleo al 15%. Canarias es, además, una comunidad saneada y con la menor deuda per cápita, que mantiene la calificación crediticia A, el máximo nivel posible para una comunidad autónoma. Un conjunto de parámetros económicos y financieros que ayudan a que Canarias pueda comenzar 2024 en condiciones que le pueden permitir continuar avanzando.

Canarias ha avanzado en un mundo lleno de turbulencias. En estos momentos, junto a numerosos conflictos locales de mayor o menor intensidad, sobresalen dos muy significativos. El de Ucrania, que cumplirá en febrero dos años de invasión por Rusia, sin que se perciba una finalización inmediata del mismo. Y el más reciente de Palestina. A la barbarie de Hamás que ocasionó 1.200 fallecidos en su incursión de octubre, Israel respondió arrasando la población civil de Gaza y destruyendo casas, hospitales y colegios. Un genocidio, con la complicidad de la comunidad internacional, que contabiliza ya más de 20.000 muertos, de los que 8.000 son niños y niñas.

En noviembre de 2024 habrá elecciones presidenciales en Estados Unidos; y numerosos sondeos apuntan a un posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Con efectos internos, para la calidad de la democracia estadounidense, y también internacionales, por el impacto de sus políticas y por lo que su Presidencia supondría de importante respaldo hacia las formaciones de ultraderecha en todo el mundo. Asimismo, en junio se celebrarán comicios al Parlamento Europeo. En los que también preocupa el posible ascenso del populismo extremista que ya gobierna en varios estados de la Unión Europea y que ha experimentado significativos avances electorales en otros. Avalado, desafortunadamente, por la renuncia de las organizaciones de la derecha tradicional que, temerosas por perder espacio político e institucional, han ido aceptando muchas de las tesis ultras.

Este empuje de la extrema derecha tiene mucho que ver con el contenido final del pacto de migración y asilo del Parlamento y el Consejo de la Unión Europea (UE). Un acuerdo que trata a los migrantes como mercancía y permite a los estados miembros negarse a acogerlos a cambio de pagar 20.000 euros por cada persona que se rechace ubicar; y externalizando su atención en países frontera, como Marruecos o Libia, donde no se garantizan los más elementales derechos humanos. Eludiendo, además, una realidad esencial para Canarias como es la acogida de los menores no acompañados.

La ola conservadora también afecta a Canarias. Con un Gobierno, el de CC y PP, cuyas primeras medidas, con carácter urgente, han supuesto bajadas de impuestos a los más ricos. Con su intención de reducir el alcance de la Ley de Cambio Climático. Con unos Presupuestos para el próximo año que reducen las partidas de la lucha contra la violencia de género e incumplen con las leyes de Educación, Servicios Sociales o Cultura. Castigando igualmente nuestras universidades públicas. Y reduciendo la aportación al sector primario.

Frente a esa ola conservadora, Canarias tiene muchos retos importantes que afrontar para garantizar un mejor presente y futuro para su gente. En el impulso a una economía más diversificada y sostenible que genere más y mejor empleo. En el avance en las soberanías energéticas y alimentaria. En la consolidación de sus servicios públicos y de las políticas de cuidados. En las respuestas a un desarrollo demográfico desequilibrado que afecta al medio ambiente, a la movilidad y a la dimensión de los sistemas sanitario y educativo. En el combate contra la pobreza y la satisfacción de las necesidades en acceso a la vivienda. En la plena igualdad entre mujeres y hombres.

Son retos en los que deben estar plenamente implicadas las organizaciones políticas y las instituciones de las Islas, pero no solo. Su consecución exige, además, una sociedad articulada y movilizada, capaz de establecer objetivos comunes y de marcar prioridades y vías para alcanzarlos. En ese marco, Nueva Canarias se conforma con un espacio para organizar y defender las ideas progresistas y canaristas. Desde el convencimiento de que esta tierra y su gente están en condiciones de mejorar sustancialmente sus actuales parámetros económicos, sociales y medioambientales. Hoy, más que nunca, disponemos de instrumentos propios para decidir nuestro destino. Pese a las dificultades estamos en condiciones de comenzar 2024 con buen pie.