Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este sábado 6 de diciembre de 2025
Juan Carlos Alonso

Con rey y sin reformas

Primera plana ·

Ahora bien, ¿cómo piensa el PSOE granjearse los apoyos parlamentarios que le aseguren la sesión de investidura en la siguiente legislatura?

Viernes, 15 de enero 2021, 06:37

Comenta

Ya no hay el menor atisbo de duda: el PSOE es monárquico. La negativa socialista a activar una comisión de investigación a cuenta de las tarjetas opacas usadas por Juan Carlos I, a pesar de contar incluso con la luz verde jurídica de los letrados de la Cámara, junto al PP y Vox, supone que Pedro Sánchez y el partido se hipotecan a Felipe VI. Confirmándose así el axioma por el cual la suerte del rey será la del PSOE o, dicho de otra forma, el bipartidismo, la democracia borbónica y el régimen del 78 son lo mismo. Es legítimo, faltaría más, pero el republicanismo que lucía el socialismo se diluye. Y, por supuesto, a la confraternización entre el fundador Pablo Iglesias y Benito Pérez Galdós en la conjunción republicano-socialista durante la Primera Restauración, en Ferraz le pasan la goma de borrar.

Asistimos, por lo tanto, a la pescadilla que se muerde la cola porque, en realidad, Ferraz no sabe qué hacer y los acontecimientos le superan dada la fatiga de materiales del orden constitucional. Si no se anhela ventilar qué pasó con las tarjetas opacas, ¿quién va a creerse cualquier reforma de la Constitución que propugne el PSOE? Si no ejecutas lo sencillo, mucho menos harás la tarea más compleja aún pendiente. Por lo que el sistema político persistirá en su degradación hasta no se sabe cuándo. Por eso el riesgo de implosión es evidente. Si no concurren las transformaciones se enquistan las aguas estancadas. Y cuando se pretenda arreglar los problemas será tarde; puede que ya lo sea. Y es que, separando las debidas distancias, que evidentemente las hay y muchas, el periodo de decadencia en la Unión Soviética que distó entre Leonid Brézhnev y la caída del Muro de Berlín en 1989 fue enorme. Cuando llegó Mijaíl Gorbachov con su perestroika y glasnost (reestructuración y apertura) fue a destiempo.

Ahora bien, ¿cómo piensa el PSOE granjearse los apoyos parlamentarios que le aseguren la sesión de investidura en la siguiente legislatura? Tanto Podemos como los nacionalismos periféricos pondrán sobre la mesa la exigencia de vincularlo al monarca y mascullando el horizonte de referéndum donde la sociedad pueda elegir qué prefiere. Pero es que hay otra realidad política inapelable: la crisis de la Constitución territorial (Catalunya) difícilmente tendrá solución separándola del debate sobre la dinastía borbónica. El discurso televisado de Felipe VI el 3 de octubre de 2017 fue un error: bendijo la aplicación del 155 en vez de arbitrar institucionalmente una problemática netamente política que nunca se subsanará en sede judicial.

Por último, el tema monárquico que divide al Gobierno tampoco ocasiona la ruptura. La duda está en dirimir cuántas diferencias sustanciales son necesarias para que Podemos rompa con Sánchez. Más bien parece lo contrario: se suman discrepancias, algunas muy notorias mediáticamente, y sin embargo el pegamento gubernamental hace maravillas. Provocar el divorcio a poco de las elecciones, no colará ante una opinión pública castigada severamente por la pandemia y la recesión económica. Se origina en la izquierda sociológica una enorme sensación de orfandad.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

canarias7 Con rey y sin reformas

Con rey y sin reformas