Una pasión que contagia

Las largas distancias cada vez tienen menos adeptos, los participantes quieren disfrutar de buenos recorridos con distancias asequibles, con buena organización y con un postcarrera que garantice la diversión. Alentado por el enorme esfuerzo que han hecho en los últimos años, situando al municipio de Teror como referente en el trail, el pasado sábado me volví a colocar un dorsal. La 13ª edición del Aguas de Teror Trail-Desafío de los Picos bien merecía el apoyo de todos. El club Los Álamos-El Pino ha situado esta carrera como referente nacional y la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada quedó maravillada con las últimas ediciones y miraba al futuro de esta prueba como sede de campeonatos de enorme nivel internacional, pero unas promesas incumplidas desterró ese sueño y tuvieron que reconsiderar posturas y analizar bien qué querían hacer con la prueba. Y la decisión tomada ha sido la más acertada, mantener la esencia del Desafío de los Picos y volcarse con el participante.

Fuera de calendarios federativos, sin engañar a nadie con el número de nacionalidades ficticias algo que se ha puesto de moda en las pruebas de las islas para tomarle el pelo a los responsables de turismo de las distintas administraciones, con 1.100 inscritos y casi 900 participantes, con dos distancias -18K y 10K-, con unos 200 voluntarios, con un pueblo que ya ve el Desafío de los Picos como una seña de identidad, con senderos atractivos y con una enorme animación, reconozco que volví a disfrutar de la montaña y de las carreras. Animé a un amigo a que viviese la experiencia y qué mejor lugar que el Desafío de los Picos para que los que se inician en este bello deporte puedan comprobar la belleza, la dureza y el compañerismo de una disciplina que merece una reflexión, algo que ya han hecho en Teror, ya que en la Villa Mariana la pasión que le ponen los organizadores se refleja en cualquier detalle del evento.