El precio de la luz
Del director ·
No veo a Calviño explicando fuera que España nacionaliza las eléctricasLa sensación de desconcierto e improvisación del Gobierno de España ante el encarecimiento estratosférico del precio de la luz es como para echarse a temblar. Uno asume que el gobernante puede equivocarse en las decisiones cargadas de buena fe que adopte, pero que no sea capaz de asumir el error, que persista en él y que, para más inri, empiece a lanzar globos sonda que no llevan a ningún lado obliga a preguntarse si de verdad están capacitados para esos menesteres públicos.
La ministra Teresa Ribera sacó esta semana de la chistera la posibilidad de una eléctrica pública, precisamente lo que Podemos lleva reivindicando desde que nació y lo que el PSOE ha descartado por sistema. Pero incluso si mañana apareciera en el BOE la creación de esa compañía pública, ni Ribera ni el mismísimo Pedro Sánchez podrían garantizarnos una rebaja inmediata en la factura eléctrica. Además, ¿de que hablamos? ¿Una compañía de generación, distribución o comercialización? ¿Con que activos? ¿Centrada en las renovables o en el mix actual? Porque no veo yo a Nadia Calviño saliendo a Europa a explicar que ahora España nacionaliza por decreto Iberdrola, Endesa o Gas Natural.
El sistema energético español es extremadamente complejo y es rehén además de decisiones del pasado. Algunas, por cierto, de la etapa de José Manuel Soria, que llegó para arreglar el problema y lo que hizo fue embroncarse con unos y con otros y, de paso, aumentar los pleitos en salas de arbitraje. Ahora, con el equipo de Sánchez se suponía que lo prioritario era un modelo que apostase decididamente por la sostenibilidad y las renovables, pero eso tiene a corto plazo un coste que no se ha querido explicar con transparencia a la ciudadanía. Y que para que resulte asumible, obliga a tomar decisiones de calado a unos gobernantes que, por lo que se ve, los días impares adoran el liberalismo económico y los pares quieren ir de ecosociales. Un mar de contradicciones en el que el precio de la luz cotiza al alza como las olas cuando hay marejada a fuerte marejada.
Cuando Pedro Sánchez hizo la última remodelación, mantuvo en su puesto a la ministra Ribera. Vistos los resultados, cuesta encontrar la justificación. Y otro tanto cabe decir del ministro Garzón, que para algo es responsable -o eso se supone- de la cartera de Consumo. Alguien debe pagar los platos rotos y, de momento, los únicos paganinis son los consumidores. Los mismos que en las urnas emitirán su veredicto. Entonces seguro que lo harán pensando en las pocas luces de algunos con mando en plaza.