Jerónimo Saavedra lo fue todo
Considerado como uno de los padres del Estatuto de Autonomía, a él le debemos la puesta en marcha de las herramientas de nuestra primera norma legislativa
Sin apenas tiempo de asimilar su marcha, el adiós de una persona admirada como Jerónimo Saavedra nos deja un poso de tristeza y pesadumbre, que ... sin duda resultará común no solo para quienes tuvimos la fortuna de tratarlo, sino para el conjunto de la sociedad isleña. Una personalidad que trascendió más allá de nuestras fronteras, sobre todo por la aportación que hizo a la política española, como ministro y senador, igual que por su papel destacado en la consolidación de la democracia en nuestro país.
Dicho bagaje, unido al liderazgo protagonizado a partir de su elección como primer presidente del Gobierno de Canarias en la historia de la autonomía, entre otras responsabilidades, le convierten en uno de los grandes hombres del último medio siglo en el archipiélago. Considerado como uno de los padres del Estatuto de Autonomía, a él le debemos la puesta en marcha de las herramientas de nuestra primera norma legislativa.
El repaso de su prolífica biografía nos ayuda a apreciar su ingente dimensión, plagada asimismo de otras contribuciones decisivas, en ámbitos diversos, no solo en la política: el Derecho, el sindicalismo, el municipalismo, la cultura… Porque Jerónimo Saavedra lo fue todo.
No obstante, si tuviera que valorar un aspecto singular por encima de los demás, en estas apresuradas líneas acerca de su identidad, distinguiría su talante humano. La afabilidad y la honradez de su persona, el talante con el que siempre se mostró o la capacidad de encaje, que le permitieron saber estar en cada momento y en todo tipo de circunstancia. Se entiende así su disposición para el diálogo, el respeto y el entendimiento. Para la concordia y la fraternidad. Siempre presto a la escucha y la atención.
Todo esto guarda relación con otra de las cualidades que distinguieron en vida a Jerónimo: su sensibilidad. La facultad de sentir y de pensar, con una impronta extraordinaria en el campo de la cultura y las bellas artes, plasmada especialmente en el universo musical. Suya fue la apuesta decidida por la creación del Festival de Música de Canarias, que no solo nos ha dejado la posibilidad de disfrutar de un evento de gran categoría, además de promocionar nuestras orquestas, intérpretes y compositores, sino que también ha proyectado a las Islas más allá de nuestra geografía.
Por todo ello, nos sumamos ahora al pesar de todos los canarios por la pérdida de una figura excepcional. Descanse en paz.
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