El palo que trae la memoria

La memoria es como un cachorro: le tiras un palo pero nunca sabes con qué va a regresar el animal entre los dientes. Los recuerdos se mueven por recovecos imprevistos, se saltan las normas básicas de circulación y te llevan a callejones sin salida que parecían olvidados. Quizás son los políticos quienes mejor juegan con esta fragilidad de la mente porque hasta hace 15 días era «imposible» sacar a los inmigrantes del embudo canario y ahora se llenan aviones con nocturnidad para recibir sin recuerdos desagradables a ministros y comisarios europeos. ¡Mejor quemar las hemerotecas tras la vergüenza del puerto de Arguineguín!

Fernando Grande-Marlaska e Ylva Johansson aterrizaron el pasado viernes en Gran Canaria con la promesa de desmantelar «en breves semanas» el campamento infrahumano sobre el muelle, pero 24 horas después más de 1.000 inmigrantes repartidos en 20 embarcaciones arribaron a las islas para demostrar que no hay tirita que esconda la pasividad con que el Estado ha tratado este problema.

El ministro de Interior tira al perro una pelota y la memoria trae aquellas declaraciones del delegado del Gobierno en agosto en que justificaba el embudo de inmigrantes en las islas con el supuesto «efecto llamada» que provocaría las derivaciones a la península. Según Anselmo Pestana, Canarias tenía que soportar en solitario la presión migratoria -un 600% más en lo que va de año y ya casi 12.000 personas- para no despertar al monstruo del hambre en África. ¿Y cómo justifica ahora que en pocas semanas se haya distribuido por cuatro ciudades españolas a más de 7.000 inmigrantes sin que se observen perversos efectos?

Marlaska habla de un viaje a Marruecos para que el vecino ataje la ruta atlántica como ha hecho con la mediterránea, pero los recuerdos conducen a la negativa de la ministra de Exteriores a aprovechar su visita a Rabat de hace unos meses. La buena voluntad del responsable de Interior choca también con los desaires de Escrivá a instituciones canarias o la sordera de Margarita Robles ante la petición de que Defensa ceda inmuebles para alojar inmigrantes.

Ahora, gracias a un repentino ataque de amnesia, todo parece posible. «En breve» habrá centros dignos donde acoger en primera instancia a los inmigrantes, en nada el Reino alauita cerrará la peligrosa vía marítima hacia el archipiélago, en días comenzarán las repatriaciones hacia Mauritania y Marruecos...Ojalá esta vez la memoria sea fiel al recuerdo.