Las Palmas de Gran Canaria y las ciudades colombinas
Tribuna libre ·
Desde aquel mismo día se impulsó la idea de celebrar una reunión de esa Red de Ciudades Colombinas en Gran CanariaMiércoles 8 de agosto de 1492, en el libro de la primera navegación del almirante Colón se consigna cómo «hubo entre los pilotos de las tres carabelas opiniones diversas donde estaban, y el almirante salió más verdadero; y quisiera ir a Gran Canaria por dejar la carabela Pinta, porque iba mal acondicionada de gobernario y hacía agua, y quisiera tomar otra allí si la hallara; no pudieron tomarla aquel día», por lo que, durante unos días de estancia en la primigenia villa del real de Las Palmas, se procedió a su reparación y acondicionamiento, al igual que se aprovecho para hacer con las demás. Se abría así, inesperada e insospechadamente, aunque no alejados de los propósitos de la corona, que ya veía esta isla y esta ciudad en particular, como al Archipiélago en su conjunto, como base y encrucijada para futuras y novedosas expediciones.
Y así ocurriría con propios y extraños. Los ataques de Drake (1595) y Van del Does (1599) se debieron, en realidad, más a la necesidad de aprovisionamiento y puestas apunto de sus naves, y en caso del holandés apropiarse de una base para sus expediciones atlánticas, antes de seguir hacia sus objetivos principales en el Caribe, que al mero pillaje. Ya en la contemporaneidad, en las primeras décadas del siglo XX, otras dos gestas atlánticas tienen como base de aprovisionamiento y reparaciones a Las Palmas de Gran canaria. El viaje del primer submarino de la Armada, el Isaac Peral, que hizo viaje sin escala alguna entre el puerto de Nueva York y el de la Luz en marzo de 1917, donde tuvo que ser reparado, dada las duras condiciones que soportó en aquella navegación. Nueve años después, en enero de 1926, una nueva gesta atlántica, la del vuelo del Plus Ultra entre Palos de La Frontera y Buenos Aires, tuvo también como base ineludible a Las Palmas de Gran Canaria. El sueño de Colón, como de muchos otros navegantes y exploradores, del denominado 'ideal colombino', como ha sido la apertura de todo tipo de rutas y vías que unieran los continentes y las culturas de una y otra orillas, se estaba cumpliendo a través de los siglos, y la capital grancanaria jugaba en ello un papel crucial, tanto de encrucijada atlántica, como de base de efectiva para estas gestas.
Hoy debemos considerar, en justicia y por legitimidad histórica y conceptual, a Las Palmas de Gran Canaria como ciudad colombina, algo que casi nadie niega y que se muestra a penas paseemos por sus viejas callejuelas, por su histórico puerto, por instituciones y por monumentos, pero también cuando rasquemos un poco en el mismo ser y sentir de la isla, en su idiosincrasia, en su carácter y en su forma de ver y entender que la historia no es sino un camino hacia el futuro. Y, ¿por qué planteo esto ahora? Pues porque estos días, exactamente el miércoles 22 del presente mes de febrero, se presenta, en la casa de América de Madrid, la
Asociación de Ciudades Colombinas (CICO), impulsada por los ayuntamientos de Santa Fe de Granada, Palos de La Frontera, San Sebastián de la Gomera, Baiona A Real, el Cabildo de la Gomera y la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias, pero en la que Las Palmas de Gran Canaria, que debe tener en el seno de esta iniciativa y de esta asociación el puesto relevante que le corresponde como 'ciudad colombina' por antonomasia, también estará representada por su Concejal de Turismo D. Pedro Quevedo Iturbe.
Pero esta iniciativa asociativa, entorno a los viajes colombinos, y, sobre todo, en relación con la ruta del primer viaje de Cristóbal Colón, no es nueva para Las Palmas de Gran Canaria. Ya en el año 2014 Gran Canaria fue invitada a unas reuniones y actos conmemorativos en Santa Fe de Granada, junto con representantes de lugares colombinos como Palos de la Frontera o Baiona A Real, entre otros. Allí se trató de la Red de Ciudades Colombinas, en la que se consideraba como parte ineludible a la capital grancanaria, al tiempo que se ponía sobre la mesa una propuesta, que ya representantes de la Unesco en España consideraban no sólo interesante, sino necesaria, como era la de declarar como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad (al igual que la Ruta de la Seda (2014), o la Ruta de la Esclavitud (1996)) a la Ruta del primer viaje de Colón, en la que Las Palmas de Gran Canaria tenía puesto notable. Aquello, sin lugar a dudas, aparecía como una enorme, legítima y representativa oportunidad para Las Palmas de Gran Canaria, en el conjunto de las ciudades y lugares que fueron testigos y protagonistas de aquel primer viaje de Colón en 1492.
Un hecho del pasado que muestra, una vez más, como la historia está en el presente. En ello fueron clasificadoras las palabras que, aquel 26 de abril de 2014, el entonces presidente del Parlamento de Andalucía, Manuel Gracia Navarro, pronunció en dichos actos, en las que señalaba como «estamos en la era de la globalización y, estando en este lugar, y recordando esta hazaña fraguada en Andalucía, es inevitable hacer la siguiente reflexión: aquí empezó todo. Las Capitulaciones de Santa Fe fueron el punto de arranque de un acontecimiento histórico que amplió los horizontes geográficos del mundo conocido y abrió paso a una historia común compartida para los habitantes de ambos continentes y, a la postre, un descubrimiento que ha cambiado todo el planeta», y que indudablemente cambió, radical y definitivamente la historia y el devenir tanto de Las Palmas de Gran Canaria en particular, como de Canarias en general, pues tuvieron un papel fundamental que se proyectó al futuro.
Desde aquel mismo día se impulsó la idea de celebrar una reunión de esa Red de Ciudades Colombinas en Gran Canaria. Así, en enero de 2015, con el apoyo decidido del que entonces era alcalde de Santa Fe, D. Guzmán Morillas Muñoz (que luego visitó varias veces la isla para seguir ahondando en la cuestión), y la participación de representantes de otros lugares colombinos, entre ellos La Gomera y Maspalomas, se celebró en la Casa de Colón una reunión los días jueves 15 y el viernes 16 de enero, en la que se trataron todos los aspectos relativos a esa Red y a la propuesta de declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a la ruta del primer viaje de Colón. También, el 16 de enero, los participantes en el encuentro asistieron al acto de re inauguración de la carabela La Niña III en su actual emplazamiento, donde, como recogió CANARIAS7 al día siguiente, los representantes de «de Santa Fe (Granada) y Palos de la Frontera (Huelva) refrendaron la incorporación de la isla y su capital a la Red de Ciudades Colombinas, para fortalecer el hilo de la historia que las une».
Ahora, años después, en los que nunca se perdió esta aspiración, aunque si que sufriera ciertos aplazamientos, por la complejidad de estos asuntos, e incluso por la moratoria que impuso la epidemia de la Covid, la iniciativa se retoma y se impulsa en el acto de la madrileña Casa de América; una presentación que, posteriormente, debería repetirse en las ciudades colombinas, al menos las españolas, del primer viaje, Santa Fe, Palos de la Frontera, Las Palmas de Gran Canaria, San Sebastián de la Gomera y Baiona A Real.
En Las Palmas de Gran Canaria encontraran que el espíritu colombino no sólo se sustenta en un hecho histórico concreto, en unos monumentos como la magnífica columna con el busto de Colón, en la alameda de su nombre, en la reproducción de una de sus carabelas, en el puerto al que arribara en 1492, o en una placa en una antigua ermita indicando que allí 'oró Colón', sino que es un espíritu vivo, dinámico, muy actual, que se asienta en un centro cultural extraordinario, la Casa Museo de Colón, con actividades de enorme efecto intelectual y prestigio internacional como el Coloquio de Historia Canario-Americana, que se revela en su estructura como encrucijada naval, cultural, económica a través de los siglos y que mira al futuro como «capital atlántica de la economía azul», que se percibe en el trasunto de su creación literaria, pictórica o musical de ayer y de hoy. En fin Las Palmas de Gran Canaria tiene mucho que hacer y decir en el seno de esa Asociación de Ciudades Colombinas, pues ha sabido hacer del legado colombino una verdadera y útil proyección hacia el futuro de la humanidad.