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No confinemos la educación

«La educación presencial cohesiona. La digital ensancha brechas tecnológicas, sociales, económicas y educativas»

Miércoles, 13 de mayo 2020, 08:00

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Gaumet Florido

Hace dos meses que teletrabajo desde casa, supongo que como cientos de miles de españoles. Y esa labor la tengo que compaginar con la supervisión escolar de mis hijos, a los que la Covid-19 también les ha obligado a recibir algo parecido a lo que entenderíamos como una educación a distancia. Me quejo, porque no aprenden igual, ni trabajan lo mismo, ni estoy preparado ni tengo los recursos didácticos de que dispone un o una profesional de la enseñanza para explicarles lo que no entienden, pero me adapto. La emergencia obliga. Y es que, cuando en el otro lado de la balanza hay miles de muertos, entiendo que el cierre del curso escolar de millones de niños y adolescentes españoles pueda quedar en segundo plano. Al fin y al cabo, nadie, o casi nadie (ahora lo que nos sobran son los agoreros a toro pasado, y los cuñaos, como dice el maestro Morgan) podía imaginarse a principios de marzo la que nos ha caído encima.

Ahora bien, lo que reconozco que me cuesta comprender es que el Gobierno y las comunidades autónomas se estén planteando volver a aparcar el futuro educativo de todos estos críos el curso próximo. Me parece inadmisible. Si importante es la sanidad, y hemos tenido que reforzarla a marchas forzadas porque literalmente la gente se moría antes de que le dejaran una cama libre, no menos relevancia merece la educación. Es un derecho fundamental y básico que no puede confinarse sine die. He escuchado una tímida propuesta de la ministra de Educación, que no sé si lanzó a modo de globo sonda, en la que planteaba que a partir de septiembre, y hasta que no se descubriese una vacuna, no podría haber más de 15 alumnos por aula. ¿Esta señora sabe de verdad el ratio de una clase media en un colegio público normal de este país? Mínimo, pasan de 20, y muchas veces, de 25. ¿Quién decide qué niños irán y qué no? ¿Y si los hacen ir de forma alterna, en qué lugar dejamos la conciliación laboral-familiar?

Pero con todo, la clave del problema está, no nos engañemos, en que la teleeducación con niños y adolescentes no funciona. Es un parche, y como parche que es, ha de ser provisional. La educación presencial cohesiona e integra. La digital solo ensancha brechas tecnológicas, sociales, económicas y educativas. No tengo la solución, lo reconozco, pero no puede pasar por sacrificar a las generaciones futuras de este país. El precio que pagaremos es muy caro.

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