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Marketing de pacotilla

Frecuencia modulada ·

«La pugna por la capital del reino está sacando al escaparate lo peor de los almacenes comerciales»

Rebeca Chacón

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 26 de abril 2021, 06:38

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La enciclopedia de la publicidad está escrita con frases clavadas a fuego en nuestra memoria, eslóganes que siguen vivos décadas después de escucharse por primera vez. «Just do it» de Nike, «Belleza real» de Dove, «Be water, my friend» de BMW, «Aprende de tus hijos» de Danone, o el «Think small» de Wolkswagen sobreviven al paso del tiempo como ejemplos de la trascendencia del buen marketing. Eso sí, la creatividad que atesoran tiene algo real detrás, un producto práctico en el que merece la pena gastar el dinero, mientras los políticos de ahora están especializados en vender humo. ¿Hay algo digno de nuestros bolsillos en la vergonzosa campaña electoral por el poder en la comunidad de Madrid?

La pugna por la capital del reino está sacando al escaparate lo peor de los almacenes comerciales de la vida pública española. Si antes la polarización de la política se vendía a granel en el Congreso de los Diputados, ahora los partidos se empeñan en convertir las elecciones madrileñas en un mercado de toda la vida, con navajeo por conseguir el mejor puesto incluido. «Tengo los mejores calabacines , no le compre a ese tristón», grita Ayuso a la clientela que se acerca a la caseta de Gabilondo en busca de la verdura del cambio. «Calla mala pécora que tienes las manos manchadas de covid», replica dos puestos más allá Pablo Iglesias entre tomates para salsa algo podridos.

La disputa pilla a Rocío Monasterio colgando banderitas rojo y amarillo gualda en su ventorrillo, cantando a todo trapo un himno anticomunistas que aseguran recibir amenazas de muerte. «Cierra sin tan valiente eres», arroja al 'coletas' con una sonrisa que escandaliza a la clientela de centro más castiza. Nunca a la de Vox.

Mónica García de Más Madrid y Edmundo Bal de Ciudadanos se resisten a entrar en el baile de precios a la baja, pero al final están obligados a sumarse al griterío para hacerse un hueco en la plaza. «Centro, centro, vendo centro al mejor precio», pregona el delfín de Arrimadas mientras la mejor comercial de Errejón se agarra a su producto 'pseudoprogresista' para hacer algo de caja en plena pandemia.

Pese a la agresividad de los vendedores, el 30% de los madrileños asegura que aún no ha decidido qué votará el 4M mientras el 100% de los españoles asiste apabullado al todo vale en que se ha convertido la política. Los sondeos dan un empate técnico entre derecha e izquierda, pero no hay estadística que incluya la factura que pagamos por tanto marketing de pacotilla. Raro es que no baje el consumo.

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