M-VI: ¡agua!
Recupero un juego infantil, los barquitos, también conocido por la batalla naval o denominaciones similares. Con contenido bélico: se trataba en cada jugada de dejar tocadas o hundidas a embarcaciones de distintos tamaños y, paralelamente, de tener la fortuna de que el contrincante no acertara las cuadriculas dónde estaban ubicadas las tuyas y en cada disparo pudieras decir ¡agua! Todo ello en un tablero de diez por diez, en la que se cruzan filas (letras) y columnas (números). Seguro que más de uno de ustedes jugó a los barquitos en alguna ocasión.
Evidentemente la casilla M no existe, era de la A la J, y los números no solían ser romanos. Pero me vale para destacar la última jugada del Reino de Marruecos de Mohamed VI que a algunos les ha hecho recordar la marcha verde, la invasión del Sahara español, impulsada por su padre, Hassan II, hace cuarenta y cuatro años. Luego vendría el acuerdo Tripartito de Madrid y una situación de prolongado incumplimiento de la legalidad internacional. Hasta la fecha.
El Parlamento de Marruecos aprobó hace unos días la tramitación de dos leyes para delimitar su espacio marítimo con Mauritania - llevándose al Sahara por delante, aunque sigue pendiente la realización de un referéndum de autodeterminación en la que fuera colonia española hasta mitad de los setenta del pasado siglo- y con España. Según Naser Burita, ministro de Exteriores del reino alauita, con la nueva legislación se establecen las aguas territoriales (12 millas), la Zona Económica Exclusiva (200) y la plataforma continental (350), en consonancia, eso señala, con el derecho del mar. Y, aunque reconoció que esta delimitación puede afectar a Canarias, confió en resolverlo por la vía diplomática, a través del diálogo.
diplomático, pero menos. No da la impresión, que quieren que les diga, que legislar sobre el asunto, imponiendo una situación de partida, resulte muy diplomático. Parece más la aplicación de una política de hechos consumados para luego negociar con ventaja y obtener el status mejor posible, aprovechando además que en España hay un Gobierno en funciones y que España y la Unión Europea suelen ser muy benevolentes con los dislates marroquís. País que siempre aprovecha, tiene su lógica, su renta de situación, para presionar a la Unión Europea y sacar tajada en sus negociaciones sobre los más diversos asuntos.
En medio, al margen del histórico expansionismo marroquí y de la falta de respeto a las resoluciones de Naciones Unidas con relación a la situación del Sahara, están las riquezas minerales que albergan los subsuelos marinos de la zona, con yacimientos de telurio -muy importante en la industria electrónica- que se encuentran entre los más relevantes a nivel mundial.
El tema no es nuevo. Ya a mitad del año 2017, el Gobierno de Marruecos había aprobado un proyecto de ley y un decreto para delimitar la frontera marítima en la zona e incluir al Sahara occidental. Lo que en su momento valoró como una decisión soberana de carácter estratégico, económico y político. El Cabildo Insular de Gran Canaria impulsó entonces un pronunciamiento de rechazo a esas medidas, por contravenir la legislación internacional, y exigió firmeza al Gobierno de España.
estatuto. Nuestro Estatuto regula las aguas canarias. En el artículo 4.2 se señala: «Sin perjuicio de la delimitación de las líneas de base existentes, entre los puntos extremos más salientes de las islas e islotes que integran, según el apartado anterior el Archipiélago canario, se trazará un contorno perimetral que siga la configuración general del archipiélago, tal como se establece en el anexo de este Estatuto. Las aguas que queden integradas dentro de este contorno perimetral recibirán la denominación de aguas canarias y constituyen el especial ámbito marítimo de la Comunidad Autónoma de Canarias».
El 4.3 recoge que las competencias sobre las mismas y sobre los restantes espacios marítimos que rodean a Canarias sobre los que el Estado español ejerza soberanía o jurisdicción «se realizará teniendo en cuenta la distribución material de competencias establecidas constitucional y estatutariamente tanto para dichos espacios como para los terrestres».
Por su parte, el 4.4 destaca que el Estado promoverá «la participación de la Comunidad Autónoma en las actuaciones de competencia estatal en dichas aguas». Y, por último, el 4.5, afirma que «el trazado del contorno perimetral no alterará la delimitación de los espacios marítimos de las Islas Canarias tal y como están establecidos por el ordenamiento jurídico español en virtud del Derecho Internacional vigente».
Frente al centralismo -que lo rechazaba basándose en los acuerdos de la Conferencia Internacional de Derechos del Mar de Montego Bay de 1982-, los nacionalistas canarios siempre han defendido el reconocimiento de nuestras aguas. Exigiendo que en los territorios insulares de nuestro Archipiélago se incluyeran los espacios marítimos y sus fondos, comprendiendo tanto las aguas interiores, el mar territorial y el mar contiguo como la Zona Económica Exclusiva, con la delimitación de la mediana con Marruecos de acuerdo con la legislación en la materia; y respetando la situación del Sahara, cuyo contencioso no está aún resuelto. Lo que obligaba a España a negociar con Marruecos, sin que nunca se avanzara en esta cuestión. Y ahora Marruecos toma la iniciativa, por razones de índole político, y motivaciones, también, económicas.
La reacción del Gobierno de Canarias y de los partidos que forman parte del Parlamento canario ha sido de absoluto rechazo a la unilateral decisión de Marruecos y de exigencia de firmeza al Ejecutivo español. El presidente canario, Ángel Víctor Torres, ha considerado que cualquier estado puede tomar una decisión sobre sus fronteras marítimas, pero desde el cumplimiento de los tratados internacionales y con otros estados que se puedan ver afectados por la delimitación.
Ahora Marruecos ha comunicado al Gobierno de España que aplaza sine die la aprobación en su Parlamento de esas leyes marítimas, según confirmó el presidente canario. ¿Se trató de un globo sonda? ¿La rectificación es solo un aviso, aplazamiento no suspensión, de que volverá a recuperar esas leyes en el momento en que más le convenga? Si no se hacen las cosas bien por parte de España, en el caso que nos ocupa, si no se está en permanente vigilia, y contradiciendo las bases del juego de los barquitos, el M-VI ¡agua!, lejos de ser una derrota de Marruecos en la partida puede convertirse en su triunfo por apropiación indebida; y en una grave situación para la Comunidad Canaria.