¡Que no vuelvan!

En Canarias, hoy mucha gente reflexiona sobre la necesidad de cambiar un modelo económico-productivo desarrollista y caduco desde hace décadas que nos impide avanzar.

La demanda es clara y fuerte: Canarias pide con urgencia acceso digno a la vivienda, unas islas en las que nadie tenga miedo de llevar a sus pequeños a las playas por los vertidos, en que nuestra juventud tenga oportunidades de hacer sus proyectos de vida aquí.

Nuestra gente clama porque ningún millonario, venga de donde venga, pueda usar nuestras casas para enriquecerse a costa de nuestro bolsillo. Que ningún poderoso pueda destrozar nuestros paisajes para llenarlos de cemento y piche. Exigimos empleo y salarios dignos frente a la precariedad crónica y el maltrato a las personas trabajadoras que los grandes lobbies turísticos han usado como táctica para seguir llenándose la cartera.

Los de arriba, lo saben.

Quienes hoy jalean la antipolítica del 'todos son iguales' buscan ocultar por todos los medios el debate real que hoy ocupa a nuestro pueblo: cómo construir nuestro futuro para que nadie se quede atrás. Cómo conseguir un Archipiélago que atienda a sus familias, a sus autónomos, y que permita a su población nada más y nada menos que vivir bien.

Y ahora que vienen elecciones, conviene recordar de dónde venimos para saber a dónde NO volver.

Si hablar de futuro tiene que ver con medidas y propuestas, cuando hablamos de la pesada losa del destrozo, hay que señalar sus causas y también sus consecuencias.

Ley de Suelo, Ley de Islas Verdes, 'Dreamland' o el mal llamado 'Ecoresort' de La Palma. El hilo conductor que une a la especulación y con sus causas tiene nombre y apellidos, y gobernó durante 26 años nuestra tierra: Coalición Canaria, apoyada según tocase por PP o PSOE, que no dudaron en malvender las Islas durante décadas (y que volverán a hacerlo a la menor oportunidad).

¿Qué nos jugamos este 28 de mayo? Ecotasa y moratoria o destrozo y vertidos. Regulación del alquiler o alfombra roja a los fondos buitre. Cuidado de las personas, mejoras en Dependencia o vuelta de las listas de espera eternas. Diversificación económica real o condena a volver a estar a la cola en todos los indicadores Avances democráticos en derechos y libertades o el regreso de las familias protegidas del franquismo.

Lo que hoy entendemos como dos modelos opuestos de archipiélago, el del futuro y el del retroceso, pueden ser posibles a partir de este mayo.

Si hay algo en lo que puede coincidir cualquier persona progresista, es que un archipiélago en manos de CC y PP (o de un PSOE rehén de cualquiera de éstos) es un archipiélago condenado a volver al pasado, a los recortes, al gris.

Si el futuro pasa por repensar el turismo, avanzar en derechos sociales y en trabajo digno, los partidos de las privatizaciones, la corrupción y las patronales representan una vuelta atrás que Canarias no puede permitirse.

Por esto, resuena en mi mente todo el rato un grito: ¡Qué no vuelvan!

Que el ruido no nos despiste: nos lo estamos jugando todo.

¿Alguien imagina a Clavijo diciéndole a la patronal turística que nuestra tierra y nuestra gente van por delante de sus beneficios? ¿Alguien imagina a Manuel Domínguez diciéndole a Blackstone que el derecho a la vivienda de las familias canarias va por delante de cualquier fondo buitre? ¿Alguien imagina a un Ángel Víctor Torres rehén del PP o de Coalición Canaria (sirva el ejemplo del Cabildo de Tenerife) diciendo a las fortunas extranjeras que les va a tocar pagar los impuestos correspondientes para que los de aquí podamos vivir con dignidad?

Está en manos de nuestro pueblo garantizar que el próximo Gobierno de Canarias atienda a la realidad del cambio climático o se pliegue al negacionismo. Que implante de forma efectiva la Renta Ciudadana para combatir con garantías la pobreza o que busque la grieta para dejar a la población canaria en la estacada otra vez. Que derogue las leyes que han permitido a los poderosos especular con el territorio o que les abra la puerta para convertir Canarias en su patio de juegos. Que avance en la aprobación de normas pioneras que protejan a nuestras jóvenes, a las personas vulnerables, al sector cultural y al medioambiente o que se convierta en el negociado de las oligarquías. En definitiva, está en manos de nuestra gente que Canarias se parezca más a su ciudadanía que a la minoría privilegiada que entiende las islas como mercancía. Que las islas se parezcan más a Noemí Santana, a Ramón Trujillo a Manuel Marrero o a Paco Déniz que a Clavijo, Oramas o Fraga.

Dijimos que era posible otro archipiélago y hemos logrado poner sus cimientos.