Las mociones de censura
Con la dimisión, tan intempestiva, del edil de Ciudadanos Juan Ramón Lazcano, emerge la premisa de la presentación en breve de una moción de censura contra Patricia Hernández. La aún alcaldesa lidera un sector del PSOE aguerrido (que ha pasado su propio periplo por el desierto en décadas, todo hay que decirlo) que todavía no ha digerido la destitución de la consejera de Sanidad Teresa Cruz. Un cese que orgánicamente tenía pinta de que, llegado el momento procesal oportuno, generase un debate interno en la formación a nivel regional. Pero perder el consistorio es un duro golpe pues Hernández podrá seguir siendo diputada pero su gente se quedaría noqueada.
Con todo, hay quien dice que la moción de censura ya está fijada en el calendario. A saber, el 29 de mayo tomaría posesión de su acta de concejal Evelyn Alonso y el 1 de junio se registraría. Vamos, el viernes se formaliza el relevo en el pleno municipal y el siguiente lunes se oficializaría la interposición para el cambio de gestión en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Todo sería muy rápido, una operación precisa con el compás de espera de solo un fin de semana.
Tras la caída local puede venir para el PSOE la del cabildo. Hace mal su presidente Pedro Martín en sugerir que rompería con Ciudadanos si se consuma la debacle de Hernández. Porque sí se puede presentar otra moción de censura en la institución contra Martín con el mero hecho de que corra la lista de Ciudadanos. Los firmantes de esa potencial moción de censura en el ámbito insular serían ya otros a los que suscribieron la inicial para tumbar a Carlos Alonso.
Martín puede experimentar en poco tiempo la misma espada de Damocles que pesa sobre Blas Acosta en Fuerteventura. La legislación vigente impide registrar dos mociones de censura en un mismo mandato, pero en cualquier momento puede haber una dimisión como ha ocurrido ahora en el consistorio. Por eso en Fuerteventura conviene tener presente la composición de la lista de Nueva Canarias al cabildo. En concreto, y tras las tres actas logradas el 26M que encabezó Alejandro Jorge, la número 4 en la plancha es Sandra Domínguez Hormiga que es diputada autonómica, y si bien pertenece a Asambleas Municipales de Fuerteventura (AMF) se sienta con sus compañeros de escaño de Nueva Canarias. Y la número 5 es Sandra González Franquis que sí es de suscripción total a Nueva Canarias.
Así las cosas, peligra de forma inminente la composición del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y, en función del rebumbio y si corre la lista, los cabildos de Tenerife y Fuerteventura. La verdad es que no es periodo para este tipo de cosas dada la emergencia sanitaria. Pero la realidad es que en las islas las piezas se están moviendo y cada vez con mayor rapidez. El tablero político en Canarias puede modificarse considerablemente. Y a este ritmo, difícilmente se quedará tal como está hasta 2023. La presión irrumpe en Tenerife, y desde Fuerteventura miran de reojo.
