La izquierda imposible
La paciencia de Mariano Fernández Enguita le ha permitido desglosar las distintas opciones de salida en el actual laberinto del Congreso. Un repaso a sus previsiones facilitaría la labor al candidato Pedro Sánchez, que después de tres meses aún no encuentra la vía que alumbre un Gobierno estable.
Con el barómetro de las preferencias sondeadas por el CIS en mayo, el catedrático apunta que el gobierno ideal para los españoles sería una coalición de PSOE, Ciudadanos y Podemos, por la cercanía de esta fórmula al centro de gravedad del actual escenario. La segunda, una alianza PSOE- Ciudadanos. La tercera, un pacto PSOE-PP, siguiendo la fórmula vigente en Alemania.Y la última, la que supone algún tipo de entendimiento entre PSOE y Podemos. En el análisis recogido en el artículoParece de cajón, pero no lo es (una coalición PSOE+UP), Enguita advierte de las convulsiones que llevan a los partidos a moverse hacia posiciones radicales (El PP, por reacción al fenómeno Vox, el PSOE, por frenar el auge de Podemos) mientras la opinión de los ciudadanos busca espacios centrados o centristas. Esa tensión creciente hace inútil cualquier intento de consenso, convirtiendo en obsoleto el modelo nacido con la Constitución de 1978.
Pedro Sánchez ha manejado los tiempos de su investidura al ritmo más lento posible con la mirada puesta en asegurar no sólo la estabilidad de su propio futuro, sino el desgaste de los demás rivales. Mientras a los secesionsitas lo mismo les da que la cosecha aporte setas o rolex.
Todas las alternativas dibujadas resultan ya inviables, a la vista de la dinámica expuesta la semana pasada. Más que la incapacidad crónica para convivir sin mutilarse, la ley del mercado apuesta a que un gobierno de izquierdas debe parecer imposible.