¿Por qué no existe el mes del orgullo heterosexual?
Es una conmemoración de todas las luchas que millones de personas han tenido que librar -y aún libran- para poder vivir con dignidad
Kiko Barroso
Las Palmas de Gran Canaria
Martes, 24 de junio 2025, 22:58
Cada junio, el mundo se llena de banderas arcoíris, celebraciones, reconocimientos, reivindicaciones y, sobre todo, visibilidad. Es el mes del Orgullo LGTBIQ+, y junto a ... él, inevitablemente, surgen voces que se preguntan: «¿Y por qué no hay un mes del orgullo heterosexual?». La respuesta es sencilla, aunque muchos se niegan a verla: el orgullo nace de la resistencia, no de la norma.
Ser heterosexual nunca ha sido motivo de castigo, marginación o violencia. La heterosexualidad no ha sido perseguida por la ley. Nadie ha tenido que ocultar a su pareja por miedo a ser agredido, ni ha sido expulsado de casa, ni rechazado por su familia solo por ser hetero. Nadie ha perdido su trabajo, ha sido encarcelado o forzado a terapias de conversión por amar a alguien del sexo opuesto.
Las parejas heterosexuales no se esconden en la calle. Se toman de la mano sin miedo. Se besan sin mirar por encima del hombro. Se casan sin que nadie cuestione sus derechos. No han tenido que luchar para que su amor sea reconocido por la sociedad. No han sido borradas de los libros, ni han visto su historia silenciada por décadas.
Según datos de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA, por sus siglas en inglés), 64 Estados miembros de la ONU todavía criminalizan los actos sexuales consensuales entre personas adultas del mismo sexo (63 por disposiciones legales explícitas y 1 de facto). Más allá de amenazas legales, la vida de las personas LGTBIQ+ corre peligro en multitud de países, debido a su exposición a crímenes de odio.
El Orgullo LGTBIQ+ no es una fiesta exclusiva. Es una conmemoración de todas las luchas que millones de personas han tenido que librar -y aún libran- para poder vivir con dignidad. No es una provocación, ni una imposición. Es memoria, resistencia y esperanza.
Y sí, también es una alerta: los derechos adquiridos no son irreversibles. El libro de familia que hoy celebramos, los derechos que hemos conquistado con esfuerzo y lágrimas, pueden desaparecer con la misma rapidez con la que algunos monstruos de la ultraderecha -con los apoyos que conocemos bien- los quieren borrar.
Por eso celebramos el Orgullo. Por eso seguimos saliendo a la calle. Por eso ondeo la bandera del arcoíris, con la cabeza alta y el ánimo firme. Porque no solo representa lo que somos, sino todo lo que no estamos dispuestos a perder.
¿Sigues pensando por qué celebramos el orgullo LGTBIQ+?
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