La cesta de la compra en Canarias sube más que en el resto de España, una agonía que ya dura demasiado, y que en febrero ... anotó un nuevo incremento del 6,3%. Los malheridos bolsillos de los canarios siguen llenos de agujeros, en un paraíso donde el acceso a la vivienda también es de los más caros del país, los sueldos de los más bajos y la tasa de paro, crónicamente herida de muerte. ¿Se vive bien en Canarias? Eso de la calidad de vida, tan manido, ya ha quedado para unos cuantos privilegiados, que sortean la inflación y la penuria generalizada de manera más digna.
Lógicamente, en esta querida tierra nuestra, el índice de natalidad es de los más bajos de Europa, cayendo anualmente de manera preocupante. ¿Qué valiente quiere tener hijos con este panorama? Los jóvenes se desangran malviviendo en cualquier cuartucho, por el que pagan fortunas. Esos, los afortunados que no siguen dando el coñazo en casa de sus padres, que imagino que los mirarán con la tristeza y decepción de seguir haciéndole el cola cao al niño de 40 años.
Si juntamos todo esto en una coctelera, nos sale un escenario demoledor, donde la esperanza se pierde mientras nos siguen contando que aquí se vive muy bien, porque hay playas muy bonitas y sol durante todo el año. En Canarias, un gran porcentaje de la población no llega a final de mes, se ha tenido que ir a vivir donde se criaron porque le han subido el alquiler a un precio similar a su salario, porque por muchos cuentos políticos, la vivienda pública no existe. Los sueldos son los que son, «el sueldito canario, pero lo compensa la calidad de vida». Una contaminada y triste calidad.
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