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Los 'grises' en Arrecife

PRIMERA PLANA ·

La regidora no puede dejar que esto se postergue y que el olvido se imponga por la sencilla razón de que el vídeo de marras habla por sí solo

Jueves, 11 de febrero 2021, 06:33

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Si la alcaldesa de Arrecife tiene un mínimo de decoro y responsabilidad, debería sentir vergüenza ajena ante la actuación de los dos policiales locales que propinaron puñetazos en la calle a varios ciudadanos. Lo que estos tengan que responder en vía judicial por presuntamente incumplir las normas sanitarias, circular por el centro a gran velocidad e incluso en dirección prohibida, que lo hagan si procede. Pero la actuación de la Policía Local no puede quedar en una carpeta de un remoto cajón. Cosa que me temo sucederá tras las declaraciones del responsable de la Policía Local de Arrecife, Alfredo Mendoza, que anuncia la apertura de una investigación tras declarar «con la convicción absoluta de que en ningún momento hubo intención por parte de los agentes de hacer un uso desproporcionado de la fuerza», tal como publicó ayer CANARIAS7. No hace falta ser pitonisa para predecir que su ánimo de antemano es que quede en nada. Por desgracia, el corporativismo es un mal que afecta a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que, encima, se recrudece cuando aparecen supuestos abusos de autoridad que siempre quedan en una palabra contra la otra y tan solo un juzgado es capaz de ventilar, en realidad, qué pasó.

El vídeo que circula por los medios de comunicación y las redes sociales, invoca a que Astrid Pérez se tome muy en serio el asunto. Más que una policía en un orden democrático parecen los 'grises' del franquismo. Los derechos fundamentales hay que preservarlos, y los primeros que deben hacerlo son los agentes de la ley, como gusta decir en las series de televisión estadounidenses en sesión de tarde. La regidora no puede dejar que esto se postergue y que el olvido se imponga por la sencilla razón de que el vídeo de marras habla por sí solo; con independencia de lo que pasara antes del pretendido arresto. Son hechos distintos que merecen un potencial reproche penal diferenciado.

El episodio de Arrecife lo conocemos gracias a un tercero que, por el ángulo, tuvo que grabar desde una ventana o balcón próximo. ¿O es que acaso la culpa es ahora de esta persona? Porque es evidente que a la Policía Local se le fue la mano porque los detenidos trataron de garantizar la imagen de lo ocurrido. ¿De qué tenían que esconderse entonces? A todas luces, hubo desproporcionalidad en el uso de la fuerza empleada por mucho que el concejal trate de quitarle hierro al asunto. Por eso el vídeo conmueve a la opinión pública. O empezamos por salvaguardar el Estado de Derecho nosotros mismos o se irá mermando poco a poco. Esto coincide con la sentencia de siete años y seis meses de cárcel a los policías de Mogán que, de paisano, dieron una paliza a un inmigrante en el centro comercial de Puerto Rico. Y también con la persecución de película de la Guardia Civil en el sureste de Gran Canaria, pura adrenalina, que acabó en La Goleta, en Agüimes, nada que ver con el enclave de Arucas como manifestó algún medio. Los guardias civiles mantuvieron una templanza exquisita y fueron grabados (por su propia cámara) al bajarse del coche actuando con fundamento. En Arrecife, profesionalidad no hubo, ni una pizca. Y la alcaldesa debe hacerse cargo.

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