Votar en julio
Demonizar el voto en julio es propio de una sociedad adormecida
Puedo entender que hay imprevistos que generan una incomodidad, pero hay ocasiones en que esas cosas se deben digerir en el ámbito privado, de manera ... que el malestar sea personal y no se comparta con el resto. Lo que no me entra en la cabeza es que se convierta en objeto de debate mediático y político si este país puede aguantar unas elecciones generales en el mes de julio, todo ello porque se supone que habrá millones de españoles de vacaciones y puede que haga mucho calor.
Tras unas elecciones planteadas por quienes las han ganado como unas primarias de las generales, lo coherente después del resultado es que el veredicto de las urnas tenga relevancia en el ámbito estatal. Y eso es precisamente lo que ha hecho Pedro Sánchez, con una jugada que no sé si será maestra, pero que en todo caso es muy arriesgada para él y para su partido. La crítica viene por el hecho de que las elecciones sean las primeras de cambio y que elija ese mes vacacional. Supongo, entonces, que quienes están en contra preferían que Sánchez se aferrase al sillón de Moncloa, mantuviese el mandato hasta final de año e incluso que sacara adelante unos Presupuestos del Estado de 2024 apoyándose de nuevo en ERC y Bildu. ¿De verdad que eso les habría resultado aceptable a quienes precisamente batallaron ante los electores para acabar ya con el 'sanchismo'?
Respecto a que es un mes de vacaciones, creo que los españoles que están en paro merecen algo más de respeto. Se lanza el mensaje como si en este país trabajase todo el mundo. Y también como si el voto por correo no existiera. Al respecto, que nadie salga ahora con que el voto por correo es poco fiable: los mismos que hasta el 28 decían que estábamos a las puertas de un pucherazo, con miles de votos robados para favorecer al PSOE, la noche del domingo se olvidaban del argumento y daban por bueno el resultado.
En cuanto a que puede hacer calor en la campaña, pues claro. Y si las elecciones son en diciembre puede haber frío. Como en Estados Unidos votan en diciembre y la investidura se hace en enero y vemos al presidente electo revestido casi con forro polar paseando por las calles de Washington. Demonizar el voto en julio es propio de una sociedad adormecida que antepone el chirinquito playero de media tarde al ejercicio de la democracia. Ya puestos, en Las Palmas de Gran Canaria alguien podía haber reclamado anular la votación porque la noche previa tocó celebrar el ascenso de la UD y la mente no estaba despejada el 28M...
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