Vigilancia

Evidentemente, cada uno es libre de pensar lo que la plazca y de soñar con las conspiraciones que más le agraden si con eso tranquiliza su conciencia. Claro que a lo mejor hay otra forma de ver las cosas. Lo digo porque no estaría de más que esas mismas personas desde la Consejería o el partido de Noemí Santana explicasen por qué durante la campaña del 28M, a la que ella concurrió como aspirante a la Presidencia de Canarias, no dijeron ni 'mu' sobre el caso, cuando sabían perfectamente que había una investigación abierta por Anticorrupción.

La querella, que se tramita ya en un juzgado de la capital grancanaria, pone el foco en la citada fundación. Esta y sus directivos son los que, en primera instancia, tienen que dar explicaciones porque hay cuentas que no cuadran. Como también hay facturas que presentaron para justificar el uso de dinero público que es casi imposible de explicar que realmente fuesen para menores: ¿para qué se compraron pastillas de Viagra en un centro de menores no acompañados? Como lo del tratamiento de belleza, el fin de semana en un hotel en la zona turística o esos gastos de combustible que obligarían a hacer 1.200 kilómetros al día...

Pero la Fiscalía también se pregunta por la falta de celo desde las instancias autonómicas. Y ahí es donde entra en juego la Consejería de Derechos Sociales. Pero no por empeño de la prensa o porque alguien quiera enturbiar la campaña electoral que se avecina, sino porque se trata del departamento directamente competente. Como ente fiscalizador que es. Anticorrupción se hace preguntas basadas en la simple observación de los números, pero también en la lectura de los varios informes que pasaron por las manos de ese departamento autonómico y que alertaban de que no se estaban haciendo bien las cosas en algunos centros de menores no acompañados. ¿Por qué no se actuó desde el Gobierno con diligencia es algo que sí hay que explicar desde el punto de vista de la responsabilidad política?

Por lo demás, coincido con la consejera en que el foco no debe estar en los menas, sino en quienes debían atenderlos en condiciones. O sea, la fundación en primera instancia y su departamento en segunda.