Tres apuntes de las elecciones gallegas
El PSOE lastró al candidato y Yolanda Díaz queda muy desdibujada
Victoria de los populares. Solo ellos saben si fue una estrategia en los últimos días insistir en que la mayoría no estaba garantizada, para ... así movilizar a sus votantes, o si es que a la hora de la verdad el voto gallego sigue siendo igual de estable que en los últimos dieciséis años. Lo cierto es que el PP se jugaba mucho en Galicia. Es la tierra de su presidente nacional, Alberto Núñez Feijóo, y fue él quien eligió a su sucesor en la Xunta, Alfonso Rueda. Además, la campaña acabó enfocada casi como un plebiscito sobre Pedro Sánchez y, al mismo tiempo, sobre la continuidad de Feijóo en la calle Génova. Con todos esos ingredientes en la mesa, es evidente que, más allá del PP, Feijóo cosecha un balón de oxígeno de grandes dimensiones y que su estrategia de oposición frontal a Sánchez y a la amnistía no ha supuesto desgaste, sino todo lo contrario. Perder solo dos escaños cuando la participación sube tanto y después de varias mayorías absolutas es digno de estudio.
Derrota de Sánchez. No conviene olvidar que, además de presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez es secretario general del Partido Socialista. De manera que si esa formación sale bien parada en las urnas, se entiende que comparezca para ponerse la medalla. Y de la misma forma, si hay una derrota en toda regla, lo suyo es que las miradas se vuelvan hacia el líder del partido. Porque en unas elecciones, por muy autonómicas o locales que sean, la marca nacional puede ser un lastre o una tabla de salvación. En este caso, el PSOE ha lastrado al candidato y a toda la organización socialista. Viendo los números, podemos suponer que buena parte del voto perdido se fue al BNG. Que en una autonomía el votante concluya que el voto útil para el cambio esté en un partido que hasta no hace tanto casi desaparece, habla muy bien del BNG pero rematadamente mal de los socialistas. ¿Influyó la amnistía? Solo lo saben los votantes socialistas y los que, habiéndolo sido, dejaron de serlo, pero es evidente que no ayudó. Ni un miligramo.
Censura a Yolanda Díaz. Si al PSOE le ha ido mal, a la izquierda de ese partido solo vemos un solar vacío. Yolanda Díaz ha naufragado con Sumar en su propia tierra. No entrar en el Parlamento es un fracaso en toda regla, solo superado por el de Podemos, que jugó a dañar a Díaz y acabaron inmolándose. La vicepresidenta queda ahora muy desdibujada en el Gobierno y su proyección política es, a día de hoy, igual o inferior a cero.
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