Tres apuntes para cerrar la semana
Ni los trabajadores ni los espectadores y oyentes de RTVE se merecen el espectáculo
El virus que no nos ha abandonado. La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias anunció esta semana la puesta en marcha del servicio ... para atender a los pacientes que sufren covid persistente. Vale la pena recordar que el virus sigue por ahí y que el riesgo de contraer la enfermedad se mantiene. Por suerte la vacunación ha mitigado el impacto y ya se conoce bastante sobre los efectos del contagio, de manera que se reduce el peligro de complicaciones. Pero quienes padecen efectos continuados precisan de una atención específica, que además es compleja porque los síntomas pueden ser muy diversos.
El tramo final de la UD. La Unión Deportiva Las Palmas visita este fin de semana al FC Barcelona, un duelo a priori bastante desigual. Llegan los amarillos al tramo final de la competición con sensación de haberse desfondado, mientras que el equipo de Xavi Hernández ha mejorado en resultados, aunque no tanto en juego, desde el momento en que el entrenador anunció que no seguiría en el banquillo la próxima temporada. Hay que ser justos y recordar que la UD venía de ascender, de manera que el objetivo era y sigue siendo asegurar la permanencia. Tras un arranque mejor de lo previsto, llegó la ilusión de conseguir plaza europea, pero ese espejismo se ha ido diluyendo poco a poco. Quizás lo más preocupante de la UD no sea quedarse en tierra de nadie en la tabla clasificatoria, sino esa impresión de que armar un equipo sólido para la próxima campaña no va a ser fácil, con unos cuantos jugadores queriendo marcharse, otros sin haber rendido como se esperaba y algunos preguntándose por qué el entrenador no les dio más protagonismo.
La guerra en RTVE. No se merece los trabajadores de Radiotelevisión Española y no se merecen sus espectadores y oyentes el lío en que vuelve a encontrarse el ente público. Entre todos lo mataron y él solo se murió... Así podría titularse la crónica que arrancó con el nombramiento de Elena Sánchez como presidenta y ha terminado con su relevo, así como el de otros directivos. El modelo de dirección de RTVE no funciona pero lo preocupante es que son varios años así. Estamos ante un fracaso del Gobierno y de los grupos que lo sustentan en el Parlamento, pero también ante la evidencia de que dentro de la casa, tanto en su consejo de administración como entre los sindicatos y los profesionales, hay una guerra de guerrillas en la que no se dan cuenta de que la víctima colateral es la credibilidad de la casa.
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