Del director
Tres apuntes para abrir la semanaLa cita electoral vasca es otra prueba de fuego para el PSOE
El embrollo catalán. El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, está comprobando en sus carnes que eso de que Cataluña ha recuperado la normalidad política ... e institucional dista aún bastante de la realidad. No ha logrado sacar adelante los presupuestos y tampoco ha superado una cuestión de confianza. El motivo es que no termina de sellar una alianza de gobierno con ERC, tiene en contra a Junts y también a los seguidores de Ada Colau, siendo ésta, en teoría, la versión catalana de Sumar, pero ya estamos viendo que en el proyecto de Yolanda Díaz cada cual va a lo suyo. El resultado es una inestabilidad máxima que seguramente se mantendrá hasta las elecciones de mayo, cuando sepamos con exactitud las fortalezas y debilidades de cada uno de los partidos en Cataluña. Quien más arriesga en esos comicios, como también en Barcelona, es el PSOE. Si no consigue el poder en las autonómicas, sus aliados coyunturales, esto es, ERC y Junts pueden dejarlo tirado en las Cortes, asumiendo incluso que la amnistía quedaría abortada... pero es que esto último puede sucederle por la vía judicial.
Elecciones vascas. cosa de dos o de tres. Otra prueba de fuego para los socialistas es la cita electoral vasca. Los sondeos dibujan a fecha de hoy un empate virtual entre el PNV y Bildu, cosa inédita en la política vasca desde el retorno a la democracia. La demostración de que el PNV lo veía venir es que fulminó a Urkullu sin mayores miramientos y optó por una renovación de la mano de Pradales. Veremos cómo responden los votantes pero Bildu parece haber canalizado cierto hartazgo después de décadas de gobierno peneuvista, a lo que se une su habilidad para rentabilizar el apoyo a Sánchez en las Cortes. Entre ambos partidos se coloca el PSOE, llamado en teoría a hacer de árbitro que debe decidir si el gol del poder cae del lado del PNV o de Bildu. Claro que igual los dos partidos nacionalistas aparcan sus diferencias, hacen virtud a partir de la necesidad que imponen los votos y dejan al PSOE como el novio compuesto y sin boda.
Rodríguez no da un paso atrás. En lugar de reconocer sus errores y disculparse, el poderoso jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, da por bueno el trato dispensado a la prensa y se erige en ariete contra Pedro Sánchez, cuando lo que se espera de una presidenta autonómica es un papel más institucional. Una cosa es que le haya ido bien con esa estrategia en términos electorales y otra que sea lo adecuado.
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión