En tiempo y forma
¿Debemos sorprendernos por la agilidad al aprobar unos presupuestos municipales?
El pleno municipal de la capital grancanaria aprobó el pasado jueves los presupuestos de 2024. Algo que debería ser normal, como es dar el visto ... bueno a las cuentas antes de que arranque el año, se convierte en noticia porque lo habitual en los últimos ejercicios había sido lo contrario: se aprobaban los presupuestos con el año en curso ya avanzado. Sobra decir que eso se traducía en una dificultad añadida para la ejecución en tiempo y forma de los números que se pintaban en las cuentas, pues apenas había tiempo para su materialización.
¿Debemos sorprendernos por esta repentina agilidad? Pues sí, teniendo en cuenta que el tripartito de la capital grancanaria es el mismo. O los partidos son los mismos (Partido Socialista, Nueva Canarias y Podemos), pues los protagonistas han cambiado, sobre todo en el flanco del PSOE y en el de Podemos. Quiero pensar que la huella personal tiene mucho que ver con lo sucedido, pero creo que se trata de un secreto que sus protagonistas mantendrán bajo llave por aquello de no abrir más heridas con el pasado recibido (y protagonizado, también, por algunos).
Dicho lo anterior, lo importante cuando sale adelante un presupuesto es que sea realista, esto es, que los números se ajusten a las necesidades reales, que el mecanismo administrativo y político garantice la ejecución en tiempo y forma y, tercero, pero no por ello menos importante, que se pague igualmente en tiempo, forma y cuantía exacta. Escribo esto porque los ejemplos, desgraciadamente, se acumulan y es verdad que no solo en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, pero ya se sabe que mal de muchos...
Podemos buscar ejemplos millonarios, como la deuda contraída con Emalsa, que iba generando suculentos intereses y que había que resolver sí o sí porque la Justicia estaba del lado de la compañía (que para más inri en esa situación, es a medias municipal, lo que hacía más incomprensible prolongar un problema que nunca debió generarse y menos aún prolongarse). Pero también podemos hablar de importes menores que, al extenderse durante meses y años, asfixiaban a empresas grandes, pequeñas, medianas y unipersonales. Sobre esto último, la Sociedad de Promoción ha sido el paradigma de lo que no debería ocurrir en una administración de la dimensión de la capitalina.
Bienvenidos sean, por tanto, unos presupuestos en tiempo y forma. Y más bienvenida aún será una gestión igualmente en tiempo y forma. En la capital y en cualquier rincón.
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