Pirómanos
Entre las medidas propuestas por el presidente nacional del Partido Popular ante la racha de grandes incendios de este verano, ha resultado especialmente llamativa la ... de crear un registro nacional de pirómanos, así como colocar pulseras telemáticas a los amigos del fuego para garantizar el conocimiento de su ubicación. No parece que el Gobierno de Pedro Sánchez vaya a asumir ni esa ni casi ninguna de las propuestas del PP, de manera que quedarán en un cajón hasta que haya una nueva mayoría de gobierno.
Pero cuando eso ocurra, ¿es viable ese registro? ¿Y será un remedio eficaz para evitar más incendios? Son las preguntas que deben centrar ahora mismo el debate y sorprende que desde el propios PP no se haya aportado un argumentario sólido al respecto.
Vamos por partes: la primera duda que plantea ese registro es de tipo jurídico. Si alguien es condenado en firme, se da por hecho que su pena expira el día que se cumple la misma. De manera que esa especie de recordatorio a perpetuidad parece que tiene mal encaje en nuestro sistema jurídico. Otra cosa es que se cambie, pero entonces ¿por qué no un registro nacional de agresores sexuales? ¿Y por qué no otro de corruptos? ¿Y quizás uno de defraudadores fiscales? ¿Y de evasores de impuestos? Puestos así, quizás convendría en la plaza central de cada municipio imprimir con regularidad una lista donde aparecieran los nombres, apellidos y direcciones de los vecinos condenados por alguna circunstancia... Como verán, cuando abrimos algunas puertas, es muy difícil cerrarlas...
A esto hay que añadir otro elemento:no todos los incendios forestales son obra de pirómanos, entendiendo como tales a aquellos sujetos que padecen una patología que les lleva a prender fuego. Así, no se explicaría dejar fuera del registro a quienes prenden fuego por motivos económicos, que los hay. Lo digo porque a los primeros se les puede incluso disculpar porque padecen una enfermedad, mientras que los otros tienen el agravante de la voluntariedad y el ánimo de hacer daño para sacar un rédito personal.
En cuanto a lo de las pulseras telemáticas, si no hemos conseguido que se generalicen para los agresores en casos de violencia machista o en delitos de índole sexual, ¿de verdad pensamos que será factible para quienes alguna vez provocaron un incendio? Y todo ello teniendo en cuenta que estaríamos de nuevo ante lo mismo: dar por hecho que ha personas sobre las que siempre recaerá la presunción de culpabilidad, cuando nuestro ordenamiento jurídico se basa en lo contrario.
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