Modelo productivo
Si aparcamos las bajas pasiones y miramos con algo de perspectiva el debate abierto en los últimos meses en torno al turismo y su impacto ... en la sociedad española, veremos puntos en común con algunos planteamientos en torno al asunto de la llegada de migrantes a España. Las diferencias, por supuesto, son notables:unos llegan porque tienen dinero y eligen España como destino vacacional y otros porque buscan precisamente sobrevivir y son conocedores de que en este país hay posibilidades para ello.
La polémica en torno al turismo germinó básicamente en destinos donde se impuso un modelo de bajo precio. Empezamos a oír la 'matraquilla' del turismo y sus molestias por las juergas de los británicos en algunos lugares del Mediterráneo peninsular, con unos visitantes que entendían que las vacaciones eran tiempo para beber alcohol sin límite, alojarse en hoteles de pocas estrellas y pasar el día literalmente de barra en barra y convirtiendo las calles en un urinario público. Ese turismo 'low cost' se fue extendiendo, entraron en liza grandes ciudades, y ahí llegó el otro impacto: el habitacional. Salieron del mercado del alquiler viviendas en barrios hasta hace poco de renta baja y fueron reconvertidas en alquileres vacacionales sin control. El resto, con algunos matices, ya lo conocemos.
Ahora miremos a la emigración: llega a este país porque contamos con un modelo productivo, sobre todo en el sector servicios, que precisa de mucha mano de obra y que ha generalizado unos sueldos en la franja que va entre media y baja. Lo mismo cabe decir históricamente del sector primario y últimamente también de la construcción. Así, si en Torre Pacheco hay hasta un 30% de población migrante no es por las bondades de su clima o porque el Ayuntamiento haya incentivado los alquileres a foráneos, sino porque el municipio y sus alrededores viven de una agricultura intensiva que precisa de mucha mano de obra. Y a ser posible, muy barata. Por eso, cuando uno escucha hablar -ya sea Sánchez o ya sea Feijóo- de la necesidad de «una migración ordenada», se pregunta si primeros vamos a poner en orden nuestro modelo productivo y el sistema retributivo, porque de otra forma no se podrá conseguir el objetivo.
Después, por supuesto, están los exaltados que no atienden a razones:esta semana, en una tertulia televisiva, un 'opinador' dijo abiertamente que la restauración en este país había perdido calidad porque los camareros son sudamericanos a los que se les pide una cosa y traen otra. Así, tal cual; sin anestesia. Solo le faltó soltar la frase famosa de la película española:«¡Cómo está el servicio!»
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión