Del director

Mal día para Canarias

No es por desmerecer a la Audiencia Nacional, que fue la que inició la investigación, pero este desembarco de los fiscales europeos para revisar los contratos agrava la mala imagen de España y, por tanto, de Canarias, que es lo que nos toca de lleno. Que una región que tanto ha peleado para conseguir que las instituciones comunitarias entiendan las singularidades de las islas vea ahora cómo su nombre queda supuestamente vinculado a un caso en el que se habría malversado dinero europeo, se habría cometido tráfico de influencias y se habría prevaricado, es una losa para quienes tienen que ir a Bruselas a garantizar que allí siguen entendiendo que el concepto de ultraperiferia no es una patente de corso (sí, de corso de los corsarios que actúan al servicio de sus bolsillos).

Me incluyo entre los que sienten bochorno por todo lo que vamos sabiendo. Es verdad que en aquellos meses de crisis sanitaria hubo que priorizar y elegir entre el reglamento y la vida, entre lo urgente y lo burocrático, pero es que -siempre presuntamente- estamos hablando de hombres y mujeres que se lo llevaron crudo a manos llenas. Los casos bajo la lupa judicial no hablan de pequeños hurtos, de alguien que entró y sisó un puñado de mascarillas o que mandó unas cuantas menos de las prometidas, sino de comisiones millonarias, de beneficios astronómicos y un entramado de empresas y de compraventas para maquillar ese dinero. Para eso no hay disculpa.

Pero es que tampoco debe haberla para quienes, incluso en el ajetreo de aquel 2020 y un 2021 que ojalá no se repitan, miraron para otro lado o no sabemos bien qué hicieron. Y no lo sabemos porque no han querido contarlo. Es por ello que ahora sí que no hay excusa para los partidos que conformaron el Pacto de las Flores y se conjuraron para votar en contra de crear una comisión de investigación parlamentaria. Y no me digan eso de que las comisiones no valen para nada... quizás habría servido para poner luz sobre estos contratos que ahora, por no querer revisarlos y no querer explicarlos, están en manos de la Fiscalía Europea. Mejor perder el tiempo que perder el dinero...

Es un mal día para Canarias. Por culpa de los que hicieron y los que dejaron hacer.