Secciones
Servicios
Destacamos
Soy capaz de mencionar las imágenes de la secuencia por orden y sin riesgo a equivocarme: primero una valla blanca con unas rosas rojas en ... primer plano, después flores amarillas con el mismo fondo, también un camión de bomberos de pueblo estadounidense que cruza la calle, unos niños que pasan por otra vía camino del colegio, un tipo que riega su jardín mientras su esposa ve la tele tomando el té... de repente, la manguera de riego se enreda y ese nudo es una metáfora visual de lo que va a suceder: el hombre del jardín sufre un infarto, se desploma y su perro se entretiene con el agua... Así comienza 'Terciopelo azul', la película con la que David Lynch tocó el cielo. El cineasta británico falleció este jueves a los 78 años y con él se va eso que, para bien o para mal, llamamos 'director de culto'.
Tras los cineastas norteamericanos que iniciaron sus carreras en los años 70, hay que dar un salto de década y media para dar con un grupo de realizadores de estilos muy diferentes entre sí pero que merecieron -y merecen los que siguen en activo- esa condición de 'culto'. Entran en esa selecta categoría, entre otros, Terrence Malick, Wim Wenders, Werner Herzog y los ya desaparecidos Rainer Werner Fassbinder y David Lynch.
Como a casi todos los creadores empeñados en dejar huella, a Lynch lo de la taquilla le daba igual. Tuvo éxitos comerciales, como 'El hombre elefante', la propia 'Terciopelo azul' y 'Corazón salvaje', pero se empeñó en que su huella artística fuese más importante que los dividendos para los productores. Quizás porque con 'Dune' comprobó los sinsabores de trabajar con un grandísimo presupuesto, un productor tan rico como nefasto y acabar cosechando un fracaso monumental. Y en ese empeño por demostrarnos que estaba tras la cámara, Lynch nos dejó, además de ese inicio de 'Terciopelo azul', momentos que no se borrarán: los sueños del deforme Merrick en 'El hombre elefante'; las lágrimas de las protagonistas de 'Mullholand Drive' mientras Rebekah del Río canta 'Crying'; los personajes secundarios del esplendoroso pero siniestro cuento de hadas que es 'Corazón salvaje'; habernos regalado buena parte de las mejores interpretaciones de Laura Dern; y, por supuesto, el agente Cooper del inicio de 'Twin Peaks' sentado con el enano danzarín y una tercera temporada de la serie tan antológica como inclasificable.
Volveremos a aquel jardín donde un tipo regaba y hurgaremos en el césped hasta encontrar los gusanos y escarabajos del turbio Lynch. Por que los principios son casi siempre mejores que los finales.
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.