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El franquismo y el balón

Estamos hablando de un deporte y de unas entidades que despiertan pasiones entre los niños

Francisco Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 19 de abril 2023, 23:08

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Lo que son las cosas: ha tenido que venir el Real Madrid para dejar sin argumentos a los que sostenían que eso de la 'memoria histórica' era innecesario, que ya no hacía falta remover lo que pasó en la Guerra Civil y tampoco lo que sucedió en la dictadura franquista... El conflicto a cuenta de los pagos del FC Barcelona a un exárbitro ha tenido como derivada un cruce de reproches entre culés y blancos sobre cuál fue en realidad el «equipo del régimen». Y en medio de todo eso, llega el rey emérito y no se le ocurre otra cosa que llamar al Chelsea para que le hagan un hueco en el palco, pues ya que el hombre estaba en Londres, le hacía feliz ver al Real Madrid batallando por entrar en semifinales de la Champions. Este jueves el Sevilla intentará seguir adelante en la otra competición europea, pero se ve que al emérito no le encajaba en su agenda desplazarse a Sevilla, que si no, pues también lo habríamos tenido por allí...

Siempre he pensado que la historia hay que conocerla. Lo bueno que hubo en ella pero sobre todo lo malo, pues la única manera de evitar la repetición de ciertos errores es el conocimiento de lo que sucedió. Y es evidente que todo hecho del pasado hay que ponerlo en su contexto. Si no lo hacemos así, pues acabaremos como el colegio ese de Estados Unidos en el que echan a la profesora que les enseñó a sus alumnos una foto del David de Miguel Ángel o como los talibanes destruyendo el patrimonio histórico. Más aún: por interpretaciones sobre cómo había que profesar el cristianismo también se cometieron barbaridades artísticas y también hubo vulneración de derechos humanos en la propia Europa, de manera que no es cuestión de mirar muy lejos.

Lo triste de esta guerra futbolística es que estamos hablando de un deporte y de unas entidades que despiertan pasiones entre los niños, con jugadores que se convierten para ellos en modelos a imitar. Y tanto culés como blancos están dando un mal ejemplo. Como tampoco es de recibo que un jugador le pegue un puñetazo a otro fuera del campo por un asunto extradeportivo y que miles de personas coreen el nombre del presunto agresor como si fuera un héroe.

Si Franco era del Barça o del Real Madrid es anecdótico: lo importante es que fue un dictador y que esa huella no debe borrarse. Reducir el asunto a si era partidario de este o aquel club llevará a más de uno a dar por buenos los muertos de uno y otro bando según las filias y las fobias deportivas de cada cual. Yeso no es memoria histórica en sentido constructivo, que es lo que hace falta.

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