El éxito de ellas
Se han convertido en reinas de un deporte que tradicionalmente ha sido de ellos
Mientras en España empezamos a hacer nuestros los nombres de Aitana, Salma, Cata y Jennifer, haciéndolos tan comunes como los del Cholo, Carleto, Vinicius o ... Xavi, en buena parte del mundo todavía es impensable que un puñado de mujeres salte en pantalón corto y el pelo al viento a disputar un partido de fútbol. O de cualquiera otra competición deportiva. Del hecho de que termine el encuentro y se intercambien las camisetas ante las cámaras, quedándose solo con el sujetador deportivo, ni hablamos. Y ya de que una cantante suba al escenario y, como reivindicación, cante 'Revolución' a pecho descubierto, pues ni pensarlo en esos países -o en ciertos municipios y autonomías españolas, que tampoco hay que ir tan lejos para encontrar mentes obtusas...
El éxito de la selección española de fútbol ha estado envuelto en la polémica previa ante la rebelión de un puñado de futbolistas contra su entrenador. La herida se cerró en falso pero algunas de ellas regresaron a la convocatoria del equipo nacional y entre todas, como también con el entrenador, se articuló un pacto de silencio que se mantiene hasta hoy. Pero eso, en lugar de quitar méritos, los aumenta: el equipo ha sabido sobreponerse a esa marea interna, porque sobre el césped no valen las conspiraciones o las rebeliones; solo es cuestión de evitar que te metan goles y de meterlos.
En un país donde el deporte femenino todavía está un peldaño por debajo en cuanto a la valoración social y, sobre todo, la economía, tiene mucho valor esta lección de fútbol por parte de ellas. Se convierten así en reinas en una modalidad que tradicionalmente ha sido de ellos. Y lo hacen con sueldos muy por debajo de los que se cotizan en el fútbol masculino. Añadamos a eso casos singulares como el de Salma, convertida en la nueva heroína del fútbol español, pero que tenía por delante un futuro prometedor como velocista de atletismo y que, sin embargo, decidió cambiar las zapatillas de correr por las de controlar el balón y golpear con acierto.
Este éxito del fútbol patrio coincide con un mercado alterado por las ofertas astronómicas de Arabia Saudí y Qatar, dos países que deciden promocionarse a golpe de petrodólares y de fichajes del balompié. Pero dos países donde las mujeres continúan muy lejos de la igualdad, tanto en la vida diaria como en el propio deporte. De las afganas, ya ni hablamos... Razón de más para aplaudir el éxito de las españolas y para recordar que el deporte está para romper barreras. Y para denunciar desigualdades.
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