Secciones
Servicios
Destacamos
Uno de los reproches del Partido Popular al Gobierno central en las últimas semanas a cuenta del asunto migratorio es la ausencia de una política ... clara respecto al continente africano. Y así es. Pero tampoco es que durante la etapa de Mariano Rajoy en La Moncloa se hubiese definido una hoja de ruta clara al respecto. En cuanto a José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que la tenía pero fue más bien flor de un día. Quizás porque pensar en África y aplicarlo a la práctica requiere tiempo, mucho presupuesto, paciencia y una elección de aliados que siempre conlleva desencantar a otros.
Al tiempo que España se ha ido separando de África, la Unión Europea ha hecho otro tanto. Quizás por lo mismo: porque resultaba muy costoso y daba más quebraderos de cabeza que satisfacciones, en especial cuando se metían por medio asuntos de seguridad. El ejemplo más claro es Francia, que tiene el peso de su pasado colonial y que se ha hartado de contar cadáveres en su misión en el Sahel, hasta el punto de que, en la práctica, ha tirado la toalla y ha hecho las maletas.
Por contra, Rusia y China sí han puesto la mirada en África, pero no por compasión ni por solidaridad, sino porque su expansionismo económico va unido a una influencia política que luego convierten en amistades en los foros internacionales. Lo hemos visto en el conflicto de Ucrania, con varios países africanos rindiendo pleitesía a Putin a cambio de que les garantice el grano, y lo estamos viendo con China, que se asegura la extracción de materias primas para sus fábricas y, en paralelo, el control de los fondos de los estados africanos.
Como si fuesen vasos comunicantes, ese vacío en la presencia europea se ha llenado de embajadas y hombres de negocios rusos y chinos, una presencia que se mantendrá en el tiempo porque se trata de dos actores con capacidad de aguantar y de perder dinero, ya que el hipotético malestar de sus ciudadanos es silenciado a base de fuerza.
Así las cosas, o Europa se pone las pilas y asume que su flanco sur es relevante o tendrá perdida la partida. Porque a rusos y a chinos no les incomodan las mafias migratorias; es más, las manejarán a su antojo con tal de que periódicamente incomoden a los países comunitarios.
África no es el patio trasero de Europa; es su vecino y si a este le va mal, al segundo también. Esa es la lección que el Viejo Continente debe imprimirse a sangre y fuego. Sin paternalismos de corte colonialista, pero si mirar para otro lado pensando que los problemas se arreglan solos.
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.