Del director
Dos apuntes para abrir la semanaMilei ha hecho lo que se esperaba de él, da alas al PSOE e incomoda al PP
La internacional de Abascal y sus aliados. Llegó el presidente de Argentina e hizo lo que de él se esperaba: provocar. Tengo la sensación ... de que a Milei le daba igual si lo recibían el rey Felipe VI, el presidente Pedro Sánchez o nadie... como también le daba igual si a la embajada iban los grandes empresarios o la mayoría se excusaba y mandaba a un ejecutivo avisado a última hora (por cierto, la foto con pleno de varones habla por sí sola). Porque Milei venía con la munición dialéctica preparada y sabía cuándo disparar: en el acto a mayor gloria de Santiago Abascal.
La puesta en escena este domingo en Madrid confirma que hay una internacional de extrema derecha que atraviesa océanos y que ve una oportunidad de éxito en las próximas elecciones europeas, un combinado donde entra de todo, desde la francesa Marine Le Pen, cada vez más consolidada como referente político en Francia, a dirigentes sudamericanos que confrontan con el populismo de Lula, los más prorrusos de los europeos y, por supuesto, el Gobierno de Israel, que a río revuelto sabe que hay ganancia de pescadores. Lo dicho por Milei sobre la esposa de Sánchez es evidentemente poco diplomático, pero tampoco lo fue lo de Puente sobre el presidente argentino. En todo caso, Milei ha hecho lo previsible: da alas al PSOE de cara a las europeas al alertar sobre ese bloque ultraconservador y, sobre todo, incomoda al PP, que ha tenido a Aznar, Rajoy y Aguirre como grandes apoyos de Milei.
Investigación parlamentaria. Empieza a trabajar hoy en el Parlamento de Canarias la comisión de investigación sobre las compras sanitarias durante la pandemia. Hace dos años los partidos que conformaban la mayoría parlamentaria, esto es, PSOE, Nueva Canarias, Podemos y la Agrupación Socialista Gomera, entendieron que no era necesario contar con ese grupo de trabajo.
Si entonces el oscurantismo no hubiese sido la tónica dominante del Pacto de las Flores, quizás ahora ya sabríamos con detalle si, además de las responsabilidades judiciales que ya se dirimen, también las había en la esfera de la política. Y quizás sea precisamente aquel empeño en no querer saber lo que pasó -o sí saberlo pero desear que no fuera de dominio público- lo que debería centrar los trabajos de sus señorías. Entre mayo de 2022, que fue cuando se conoció el caso Mascarillas, y noviembre, que fue cuando dimitió por obligación Conrado Domínguez, pasó demasiado tiempo y hubo demasiados movimientos que ahora es obligado conocer.
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